Es irremediable relacionar a Mariah Carey con una época del pop que ya no existe, cuando las estrellas se mantenían en el trono durante varias generaciones y parecían semi dioses intocables.
Hoy existen Ariana Grande o Camila Cabello pero su permanencia en lo alto es impredecible, cada nuevo éxito parece condenado a la dictadura de la fugacidad: ¿a quién le interesa hoy Miley Cyrus, quien hace apenas unos años parecía el colmo de la modernidad? Por eso hay que valorar la capacidad de la cantante estadounidense de 48 años para mantenerse en el candelero durante tres décadas sin necesidad de reinventarse. Mariah Carey siempre será Mariah Carey y ahí radica precisamente su valor.
Su 15º disco rinde homenaje a sus clásicos de los 90 pero al mismo tiempo consigue sonar actual gracias a colaboraciones como la del rapero Ty Dolla Sign, el talentoso Dev Hynes (el hombre detrás del proyecto de r&b y electrónica Blood Orange) o el productor Skrillex. Consciente de que ya pasó aquella época en la que competía en la radio a todas horas con Britney Spears, Jennifer Lopez, Destiny’s Child e incluso Spice Girls, tras varios años a la deriva plagados de escándalos y desgracias Mariah Carey ha regresado con un álbum que logra lo imposible: recuperar a sus fans de aquella época (hoy maduritos preocupados por los hijos, la hipoteca y el paro), enganchar con la gente joven y además conquistar a la crítica sesuda, algo que siempre se le ha resistido pese a tener 18 números uno en la lista de Billboard, la más influyente del planeta a nivel comercial.
En Caution explota con dignidad su posición de antigua estrella y a partir de su voz (la que siempre fue su arma más poderosa, más allá de su calculada imagen y sus aptitudes para escribir canciones) construye un mosaico que recorre todos sus registros: los temas autoreferenciales e intimistas (“¿a dónde voy desde aquí? ¿cómo puedo desaparecer?”, se pregunta en Portrait), poderosas baladas como With You y éxitos pop con toques de r&b seductor y pegadizo (A No No) a los que suma aires modernos en cortes difíciles de rastrear antes en su carrera como Giving Me Life y The Distance. Justo cuando parecía que Mariah Carey ya sólo podía vivir de las rentas del pasado (sin ir más lejos, este invierno actuó en Madrid con su gira de éxitos navideños de toda la vida), la diva ha vuelto con renovadas fuerzas.
Con información de El mundo