El niño de Xujiayao, cuyos restos de hace entre 104.000 y 248.000 años fueron encontrados en el yacimiento del mismo nombre, en el norte de China, es un rompecabezas en sí mismo. Apenas nos han llegado de él un maxilar y algunos dientes, pero en esos escasos fósiles los investigadores encontraron rasgos de dos especies humanas extintas: los neandertales, desaparecidos de Europa hace unos 40.000 años; y los denisovanos, esos enigmáticos parientes de Siberia de los que sabemos muy poco. Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista «Science Advances» viene a complicar aún más el mosaico. Un equipo internacional ha analizado los dientes del hominino ha encontrado algo inesperado. Este crío, que falleció cuando tenía la tierna edad de 6 años y medio, crecía lentamente al igual que los niños actuales, una característica que se creía exclusiva del Homo sapiens. El hallazgo ha sorprendido a los científicos, que siguen sin saber a qué especie humana pertenecía.
«El joven de Xujiayao es el fósil más antiguo encontrado en el este de Asia con un desarrollo dental comparable al de los humanos modernos», afirma Debbie Guatelli-Steinberg, coautora del estudio y profesora de antropología en la Universidad Estatal de Ohio (EE.UU.). El descubrimiento sugiere «que estos humanos arcaicos tuvieron una historia de vida lenta como nosotros, con un período prolongado de dependencia infantil».
En comparación con los primates, los humanos modernos tienen una niñez muy larga. El desarrollo del cerebro humano requiere de una importante cantidad de energía, motivo por el cual durante la infancia se ralentiza el crecimiento del cuerpo hasta el estirón de la adolescencia. Es posible que esa estrategia vital, que algunos investigadores creen que también compartían los neandertales (aunque con algunas diferencias), también fuera llevada a cabo por el crío de Xujiayao.
«Hasta el momento, los miembros de Homo sapiens nos consideramos únicos, por el hecho de tener un desarrollo lento y complejo, que termina hacia los 18 años. Ningún primate vivo tiene los cuatro períodos de nuestro desarrollo: infancia, niñez, fase juvenil y adolescencia», asegura a SINC José María Bermúdez de Castro, investigador del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH). En cambio, este nuevo descubrimiento sugiere que no fuimos los únicos como creíamos.
El molar de los 6 años
La clave para llegar a esa conclusión estaba en los dientes. Entre otras técnicas, los investigadores utilizaron imágenes de rayos X de sincrotrón para mirar dentro del fósil y ver la estructura interna de los dientes, incluidas las líneas de crecimiento, que conservan un registro de su desarrollo.
Usando las líneas de crecimiento en los dientes, los investigadores estimaron la muerte del niño de Xujiayao en los 6 años y medio. El primer molar del pequeño, lo que hoy llamamos el molar de los 6 años, había salido unos meses antes de la muerte y comenzaba a desgastarse un poco. La raíz estaba completa alrededor de tres cuartos, similar a la de los humanos de hoy. «Encontramos que este joven estaba creciendo, al menos de manera dental, de acuerdo con un programa similar al de la gente moderna», señala Mackie O’Hara, graduada en antropología en Ohio.
Otro aspecto similar al de los humanos modernos fueron los perikymata, las líneas de crecimiento incremental que aparecen en la superficie del esmalte dental como una serie de surcos lineales. En los humanos anatómicamente modernos, cada perikyma tarda aproximadamente ocho días en formarse. Los investigadores descubrieron que la forma en que estas líneas se distribuían en los dientes juveniles de Xujiayao era similar a lo que vemos en los humanos modernos, y no en los neandertales.
«Este juvenil tenía un ritmo de 10 días, que no se ve muy a menudo en los primeros homínidos», señalan los investigadores. «La mayoría de los primeros homínidos tenían un ritmo más corto, más cerca de los siete días. Este es otro aspecto que es mucho más moderno».
El único aspecto del desarrollo dental en el niño de Xujiayao que no era moderno fue la tasa de crecimiento en las raíces de los dientes. Aquí, el pequeño mostró un crecimiento relativamente rápido, en comparación con un crecimiento más lento en los sapiens.
«Un extraño mosaico»
Si bien el desarrollo dental de este juvenil sugiere que tenía un curso de vida lento similar al de los humanos modernos, Guatelli-Steinberg advierte que no sabemos qué sucede en la infancia posterior de estos homínidos. «Sería interesante ver si el desarrollo dental en la infancia posterior, como el crecimiento y el desarrollo de los terceros molares, también fue similar al de los humanos modernos», señala.
Los nuevos hallazgos complican aún más la identidad del niño, a qué población humana pertenecía. «No sabemos exactamente dónde encaja este enigmático homínido de Asia oriental en la evolución humana», afirma Song Xing, de la Academia de Ciencias de China en Pekín y autor principal del estudio. «Tiene algunas afinidades con parientes arcaicos como los denisovanos y los neandertales, con algunas características más modernas. Es un extraño mosaico», reconoce.
Con información de ABC.