Felipe Morales
Después de una carrera de once años como novillero llega por fin para el potosino Carlos Rodríguez el momento de dar por terminado ese largo bachillerato para convertirse en matador de toros.
El diestro tomará la borla el martes 19 de febrero en una de las tradicionales como singulares corridas en la “Petatera”, la famosa plaza hecha con palos, maderas y petates que se arma ex profeso cada año en Villa de Álvarez, Colima.
Rodríguez tendrá como padrino al español Antonio Ferrera y como testigo a un guerrero de los ruedos: Uriel Moreno “El Zapata” para lidiar un lote de uno de los hierros de mayor prestigio, de San Miguel de Mimiahuapam.
Para Carlos el convertirse en matador e iniciar un nuevo camino ahora en las filas de los alternativados es motivo de renovación de ilusiones.
El aún novillero es de formas finas y elegantes de interpretación de la tauromaquia, nació en San Luis Potosí el 4 de abril de 1990 y debutó en la desparecida Plaza “Caletilla” de Acapulco el 24 de febrero de 2008.
Toreó en la Plaza del Restaurante Arroyo en México el agosto de 2009, en la Plaza Monumental México en dos ocasiones, en las temporadas 2011 y 2003; además ha recorrido la geografía taurina de México y desde luego sumado varios festejos en su natal San Luis Potosí.
Prefirió el toreo a la lucha libre ya que está íntimamente ligado al deporte rudo en virtud de ser integrante de la célebre dinastía potosina que encabeza su tío Mil Máscaras y que conforman sus también tíos Dos Caras, Psicodélico y su primo Alberto del Río.