La Comisión de Cultura y Cinematografía, presidida por el diputado Sergio Mayer Bretón, se reunió con representantes de editoriales, quienes solicitaron establecer un precio único de las publicaciones de 36 meses a partir de la fecha de impresión o reimpresión consignada en el colofón o pedimento de exportación, además que se otorgue tasa cero a las librerías.
Durante la segunda mesa de trabajo “Exención Fiscal y el Precio único”, el legislador de Morena, sostuvo que según cifras del Módulo sobre Lectura (Molec) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la población lectora mayor de 18 años decreció del 84.2 al 76.4 por ciento de 2015 a 2018.
Detalló que la Encuesta Nacional de Lectura 2015, refiere que leer representa la quinta actividad de población; por lo que, es fundamental generar mecanismos que no sólo permitan el desarrollo de la industria, sino que aumenten los índices del gusto por la lectura.
El presidente de la comisión expresó que como parte de la figura de parlamento abierto que la Cámara de Diputados ha implantado, el pasado 23 de enero se organizó la primera mesa de trabajo, donde participaron destacados representantes del sector editorial, a fin de elaborar mejores proyectos legislativos que beneficien a todos los involucrados en el ramo.
Reiteró que entre los objetivos de la agenda legislativa de la comisión se encuentra garantizar que la ciudadanía ejerza plenamente sus derechos culturales; toda vez que estos son pilares fundamentales para la transformación de la sociedad y eje de desarrollo del país.
Mayer Bretón precisó que el precio único es una de las demandas más recurrentes del sector editorial, pues consideran que esta figura lograría igualdad de condiciones entre los pequeños y grandes productores de libros; sin embargo, añadió, también es necesario promover estímulos fiscales que incentiven la industria editorial. Esto a través de políticas públicas que emanen de la Secretaría de Economía.
También es relevante otorgar tasa cero a librerías, combatir a la piratería, impulsar la exportación de libros, otorgar un bono cultural para la compra de textos, entre otros temas.
Enfatizó que el compromiso de los integrantes de la comisión es crear leyes que impulsen políticas públicas que fomenten la lectura y permitan al país ser competitivo en el mercado editorial; además de tener un mayor número de lectores.
En su participación, el diputado Mario Ismael Moreno Gil (Morena) reiteró su compromiso por trabajar para que se concrete una reforma que impulse al sector editorial del país.
La diputada Claudia Elena Lastra Muñoz (PT) expresó que de lograrse una adecuada aplicación de la tasa cero a las librerías, se permitiría una competencia leal y equitativa entre ellas.
Al participar, el presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana, Carlos Anaya Rosique, estimó fundamental que las reformas que realice la comisión a la Ley de Fomento para la Lectura y el Libro deben estar orientadas a reconocer tácitamente que las editoriales son una industria cultural, esto con el propósito de que las secretarías de Cultura, Economía, Hacienda y Crédito Público, Relaciones Exteriores y Educación, generen mecanismos transversales.
Consideró que el tema no puede reducirse sólo al ámbito fiscal, sino es fundamental crear una política pública integral que atienda a toda la cadena de valor de este sector para que el costo de envío de libros al resto del país no sea oneroso.
Georgina Abud Pérez Porrúa, miembro de la Asociación de Librerías de México, reiteró la importancia de acercar los libros a los lectores, pero sólo sucederá si existe un mercado justo y competitivo.
Alberto Ruy Sánchez, editor de Artes de México, enfatizó que el libro es un producto que no se rige de la misma manera que otros, por lo tanto, requiere de una ley fiscal particular que logre dinamizar a la industria.
“La industria no puede deducir el costo de la imprenta, los impuestos que pagamos se hacen de la ganancia; es decir, de los libros que se hayan vendido. De ahí la importancia de que exista una política que aumente la posibilidad de lectura y tasa cero para las librerías”.
Deborah Holtz, representante de Editorial Trece, propuso que se otorguen apoyos a la producción de los editores, pues esto lograría impulsar la producción y distribución en el ámbito nacional e internacional. “Mientras todos los demás países latinoamericanos están en el proceso de desarrollo del sector editorial, México está atrasado 20 años”.
Se congratuló por los trabajos de la comisión en aras de que la industria sea competitiva nacional e internacionalmente; sin embargó, urgió a los diputados realizar una modificación en materia fiscal.
Marcelo Uribe, director de editorial Era, mencionó que hoy México tiene la cuarta parte de los hispanohablantes; no obstante, en producción de libros se está rezagado, pues de 1970 al 2000 se cerraron el 30 por ciento de las librerías del país.
Expresó que el precio único es una idea del Siglo XVI, pero es una estrategia muy eficiente para garantizar el acceso a los libros a la ciudadanía, por lo que sugirió que este plazo se aumente de 18 a 36 meses y que se incluya a las ediciones digitales.
Mario Nomay, representante de Librerías Gandhi, coincidió en que el precio único fomentará una competencia justa entre los grandes y pequeños establecimientos.
Claudia Bautista, representante de las librerías independientes, solicitó apoyo para que exista paridad en el mercado, pues no llegan las novedades y los precios que dan las editoriales son poco accesibles, además de no permitir devoluciones.
Marcela Contreras, enlace de la Secretaría de Educación Pública, dijo que esta dependencia trabajará de la mano con esta comisión, ya que todo lo que acerque a la ciudadanía con la lectura es de su interés, pues los libros son un mecanismo de conocimiento.
Finalmente, Marina Núñez, coordinadora de asesores de la Secretaría de Cultura, se pronunció por generar una política pública desde el Ejecutivo para que sea congruente con la agenda legislativa de la Cámara de Diputados.