El reportaje de Juan Carlos Rodríguez publicado en Eje Central (https://goo.gl/YLcJ3S) y el libro de Tatiana Clouthier sobre la campaña presidencial (Juntos hicimos historia, Grijalbo), han expuesto a una de las figuras centrales de la intelectualidad mexicana, Enrique Krauze, como el cerebro de una campaña negra que intentó impedir el triunfo electoral de Andrés Manuel López Obrador.
En esta maquinación, Krauze arrastra a otros personajes, a su brazo derecho en la revista Letras Libres, el escritor Fernando García Ramírez (también conocido por haber señalado a La Jornada de promover el terrorismo de ETA; casado con una hija del finado José Emilio Pacheco); a los empresarios Agustín Coppel (tiendas Coppel), Alejandro Ramírez (Cinepolis) y Germán Larrea Mota-Velasco (Grupo México), de ingrata memoria para los potosinos por sus plantas contaminadoras.
Una de las fuentes principales del reportaje de Rodríguez es un delator que formó parte del equipo financiado con millones de pesos que aportaron los respetables empresarios referidos para denostar al ahora presidente con invenciones como la “trama rusa” y falsos nexos con el chavismo venezolano, entre otros temas que se usaron para “descarrilar” sin éxito la ascendente campaña de AMLO.
Suponemos que arrepentido por su participación, la “garganta profunda” soltó toda la sopa a Rodríguez que no es seguidor de AMLO, al contrario, es crítico de su gestión como lo es de manera destacada el director y dueño de Eje Central, Raymundo Riva Palacio; empero, Krauze solo ha dicho hasta ahora que podría demandar a la diputada federal Clouthier por lo dicho en su libro y que realizó por su parte una investigación a partir de la página PejeLeaks.org.
Rodríguez aporta diversas pruebas que le proporcionó su informante sobre el trabajo que se realizaba en la casona ubicada en la calle de Berlín 245, alcaldía de Coyoacán; es cierto que falta que se demuestre la responsabilidad de los aludidos, pero el golpe mediático a Krauze ha sido letal, AMLO se fortalece mientras la oposición y los críticos sistemáticos se debilitan aún más.
Ante la caída de la efigie de Krauze, en el portal de Letras Libres retomaron un artículo de Gabriel Zaid publicado en Reforma en el 2017: “Krauze estadista”, para salvar su honorabilidad mancillada (https://goo.gl/XtQfEg).
Lo deseable es que la investigación oficial de la “Operación Berlín” no se convierta en un asunto personal, en una venganza, que no se muestre un interés especial y se deje de lado, como así parece, el combate a la corrupción prianista y al huachicoleo que hasta la fecha se ha traducido en cero detenciones.
Larrea, AMLO y MORENA
Es probable que AMLO estuviera plenamente informado de la vinculación de Germán Larrea en el financiamiento de la campaña cibernética en su contra, aún así dio el visto bueno al permiso —elaborado por el gobierno de Peña Nieto— para que continuara operando 50 años más la planta de Zinc al poniente de la ciudad, pese a los riesgos a la salud y seguridad de miles de familias que viven alrededor.
Embriagados por el dinero y el poder, a los delegados federales Gabino Morales y Leonel Serrato, al dirigente de Morena, Sergio Serrano, activista ecológico, y a los legisladores locales y federales de ese partido, no les interesa ese tema, no quieren importunar a uno de los hombres más ricos de México, pero sobre todo a los operadores potosinos que Larrea tiene a su servicio.
Tampoco han mostrado interés en la defensa de las sierras de Álvarez y San Miguelito, el Parque Nacional de Gogorrón, acechado por el clúster automotriz y fraccionadores; guardan silencio ante el ataque artero en contra del activista Carlos Covarrubias Rendón y la demanda de Carlos López Medina en contra del director de La Orquesta, Jorge Saldaña, y que en opinión del secretario de Gobierno, Alejandro Leal Tovías, fue interpuesta “para asustar” a los medios de comunicación. [Javier Padrón].