A diferencia de otros políticos que por un escándalo de corrupción pagan con el ostracismo de la escena pública tras una corta estancia en la cárcel, el maestro René Bejarano ha sabido reconstruirse de medio perfil.
Por el video en el que aparece entre ligas recibiendo millones de pesos para las campañas del PRD, grabado por el “donante” argentino Carlos Ahumada, fue un apestado de la política mexicana, borrado de la vista de Andrés Manuel López Obrador, de quien había sido su secretario particular en la regencia y por ello blanco del compló.
El acto indebido en el que fue atrapado no es exclusivo de la izquierda, su desgracia fue el haber sido grabado, es una práctica común en las campañas electorales de los principales partidos políticos que reciban recursos de empresarios que luego los recuperan multiplicados gracias a las bondades del erario.
Bejarano es un animal político, su retiro fue temporal, no se dio por vencido y regresó desde hace tiempo.
No es la primera vez que realiza una gira por los municipios potosinos, este jueves 28 estuvo en Soledad como cabeza del Movimiento Nacional por la Esperanza, cualquier similitud con el Movimiento de Regeneración Nacional es mera coincidencia, ni siquiera le despista, se presenta como un gestor de recursos para los pobres: es un brazo alterno de AMLO y por impresentable finge que anda por su cuenta y riesgo.
El evento en Soledad fue un fracaso, el anfitrión fue el excandidato de Morena a la alcaldía, Juan Carlos Velázquez, “El Famyto”, antes panista; en otros municipios que visitó Bejarano como Ciudad Valles, Ciudad Fernández y Venado la respuesta fue más alentadora, fue acompañado de José Antonio Lorca Valle, el sobrino político del gobernador Carreras.
Lorca buscó una candidatura a diputado en el proceso de julio pasado, primero en el PRD gallardista —recomendado por el galileo mayor Guadalupe Acosta Naranjo— y luego en Morena, donde fue acogido como operador electoral; al igual que otros que contribuyeron al triunfo de “Juntos Haremos Historia”, está en espera de que sea llamado para un puesto en el gobierno federal.
¿Justicia selectiva?
Fue un día de sorpresas. El contador Héctor Mayorga “renunció” a la Unidad de Evaluación y Control de la Comisión de Vigilancia del Congreso del Estado. Las razones de fondo no se conocen aún, el cargo es muy rentable, ¿le habrán perdido la confianza en el Palacio y las bancadas que avalaron su nombramiento?
Otra caída del ánimo de los que mandan, fue la de Rebeca Terán, no alcanzó a cobrar una quincena como coordinadora del DIF estatal en Ciudad Valles. Se supone que el FCA y Ciudadanos Observando fueron decisivos para dar marcha atrás en el nombramiento que le confirió la presidenta del organismo, Lorena Valle.
Parece un manotazo selectivo porque Terán no fue la única que presentó facturas de empresas fantasmas en la pasada legislatura. [Javier Padrón]