De los partidos opositores a Morena, el PAN es el único que está en movimiento y en una franca batalla contra todo lo que haga y deje de hacer el Presidente AMLO.
A nivel local, el dirigente Juan Francisco Aguilar Hernández recorre la entidad, sostiene reuniones con pequeños grupos en municipios, visita a viejos militantes en sus casas, se toma “selfies” con ellos y las sube a sus redes sociales, en las que se puede constatar su activismo cotidiano que nada tiene de anodino porque es parte de la estrategia para el 2021, año clave para comenzar a vencer a la ola de la 4T.
Los legisladores federales Marco Antonio Gama Basarte, Josefina Salazar y Xavier Azuara no dejan pasar un día en que manden boletines de prensa criticando a AMLO por esto o lo otro.
En el cierre de las estancias infantiles —presunto brazo político de Josefina Vázquez— encontraron un campo de guerra que se ha librado en movilizaciones de padres de familia, educadoras e infantes en el Congreso del Estado y en el terreno legal con juicios de amparo para que les restituyan los recursos federales cancelados.
La bancada del Congreso del Estado está ensimismada en las pugnas internas. Por un lado, la experimentada Sonia Mendoza que preside la Directiva del Congreso del Estado y aparenta haber olvidado la traición que le impidió ser la primera gobernadora potosina; el coordinador Rolando Hervert, contador público, huasteco, empresario, ganadero, exfuncionario del ISSSTE y CONACULTA, su falta de oficio político es evidente, de trato hosco con la prensa y le molesta que le hablen de la necesidad de reducirse el sueldo y eliminar el servicio médico, la austeridad no es un discurso del PAN.
Los otros legisladores se esmeran por hacer méritos: el joven Ricardo Villarreal dejó su trabajo de conductor acartonado de noticieros y ahora se ve más suelto y cómodo en la curul; Vianey Montes Colunga fue alcaldesa de Lagunillas y ocupó antes distintos cargos municipales en ese municipio y en Rioverde, no es ninguna improvisada, durante unos meses fue senadora, es comerciante de materiales de construcción; en la actual legislatura no ha destacado, no se le da el debate ni el protagonismo.
Rubén Guajardo presume dos licenciaturas de una universidad que te titula en tres años mientras no debas ninguna colegiatura; tiene carrera en el partido; sí figura más en los medios. José Antonio Zapata Meraz fue funcionario marcelista, tiene formación académica, contador y maestro en gestión pública.
Divididos por el grupismo (el poder los marea y en el gobierno han actuado peor que los priistas), logran hacer las paces en temas críticos como el matrimonio gay y el aborto, banderas de la izquierda que detestan hasta la ignominia.
A fines de marzo dirigentes, funcionarios y legisladores panistas se reunieron con el arzobispo Cabrero para cerrar filas y hacer un frente común contra las iniciativas disolutas de Morena (https://bit.ly/2Vapr3q).
Pancho simula querer a Nava
Y con la reciente visita del líder nacional Marko Cortés se notaron los cambios, sobre todo en la actitud de Pancho Aguilar respecto al alcalde Xavier Nava con quien se mantenía frío y distante tras la elección de la dirigencia que ganó a Jorge Lozano Soto, y que fue calificada de fraudulenta.
Aguilar se mostró hace días más comprometido con Nava al respaldar la denuncia contra Ricardo Gallardo Juárez por la obra de Fray Diego; meses atrás criticaba su gestión por falta de resultados y en voz baja no le perdonaba su apoyo a Lozano Soto.
Para varios liderazgos panistas Nava representa un aspirante externo a la gubernatura a derrotar; Aguilar forma parte de otro proyecto político pero tiene que simular para no desobedecer a Marko Cortés.
La alianza PAN-PRI para el 2021 que ya se discute no es descabellada, en los hechos se dio en el 2015, pregúntenle a Sonia que la padeció en su contra.
El PAN está afilando navajas para enfrentarse a Morena, en el PRI la llegada de Elías Pesina representa la continuación del periodo de Martín Juárez, inmovilismo e indiferencia ante la realidad y en el PRD, con Ignacio Segura, están a la espera de que el diputado federal Ricardo Gallardo Cardona se decida a formar su propia organización política, en tanto funcionarios estatales como Pedro Olvera se aprestan a quedarse con ese partido ya con síntomas cadavéricos. [Javier Padrón]