El aspirante a la candidatura demócrata Joe Biden se trasladará el lunes a Pensilvania para el primer discurso de su campaña presidencial, una decisión que responde a una calculada estratégica electoral.
El exvicepresidente estadunidense nació en Pensilvania, tiene cuantiosos contactos con ese estado y se aprovechará de su influencia sobre los jefes partidistas locales para cobrar ventaja en las primarias.
Usualmente para los demócratas, es un estado de poco valor en la contienda interna porque celebra sus primarias tarde en el proceso.
Pero la campaña de Donald Trump está desde ya tramando maneras de volver a ganar allí, y los republicanos difícilmente cederán el territorio que será clave para lograr los 270 votos electorales necesarios para ganar la Casa Blanca.
“Todavía es temprano, pero creo que es imperativo, en el 2020, empezar temprano”, dijo el senador Bob Casey de Pensilvania, quien apoya la candidatura de Biden.
Pensilvania, agregó Casey, “es tan grande y tan importante que tomará algo de tiempo convencer a los votantes aquí”.
Biden pronunciará su discurso en un evento organizado por sindicatos locales, poco después de haber anunciado su candidatura y acudir inmediatamente a un evento de recaudación de fondos en Filadelfia organizado por líderes demócratas locales.
En Pittsburgh, recibirá el apoyo de la Federación Internacional de Bomberos y hablará sobre maneras de recuperar el poder adquisitivo de la clase media.
Ninguno de los otros precandidatos demócratas es de Pensilvania, y ese estado será el último de los grandes que sostendrá su primaria a excepción quizás de Nueva Jersey. Los rivales de Biden apenas le han prestado atención.
Entre los que sí han venido están Beto O’Rourke y Bernie Sanders, quienes asistieron a concurridos mítines en que Sanders presentó su argumento de cómo él podría derrotar a Trump en Pensilvania.
Otros aspirantes demócratas han asistido a eventos allí de menor magnitud o más bien informales.
Kamala Harris y Elizabeth Warren, al igual que Biden, hicieron campaña a favor de Casey el año pasado.
Los estados tradicionalmente demócratas que sorpresivamente se fueron por Trump en las últimas elecciones -Pensilvania, Wisconsin y Michigan- probablemente ahora han reemplazado a Florida y Ohio como los principales campos de batalla en la contienda presidencial.
Con información de Excélsior.