Hace 5 años los dueños de una casa al sur de Francia cerca de Toulouse, entraron al ático olvidado de su propiedad para arreglar una fuga de agua y descubrieron un cuadro polvoriento que llevaba ahí aproximadamente 150 años.
Se trataba del Judith y Holofornes, presumiblemente la segunda obra pintada por Caravaggio. Hoy el cuadro está en manos de un comprador anónimo.
Los propietarios alertaron a la casa de subastas Marc Labarbe, sin saber bien que se trataba de un Caravaggio, Labarbe desde ese momento se hizo cargo del cuadro y comenzaron los trabajos para comprobar su autenticidad.
Luego de comprobarse la veracidad del cuadro, se previó una subasta que se llevaría a cabo el pasado 27 de junio. El cuadro tiene un precio estimado entre los 100 y 150 millones de euros (113 a 170 millones de dólares) y el precio de partida en la subasta era de 30 millones de euros. Sin embargo, un comunicado anunció dos días antes por sorpresa, la suspensión de la subasta en Toulouse.
El motivo de la suspensión de la subasta fue porque el cuadro se vendió a un comprador extranjero anónimo. No pudieron dar los detalles de la venta, pero sí afirmaron que el cuadro será expuesto en un gran museo fuera del territorio francés, debido a que el comprador quiere que la gente lo pueda apreciar.
«HEMOS RECIBIDO UNA OFERTA QUE ERA IMPOSIBLE NO TRANSMITIR A LOS PROPIETARIOS DEL CUADRO. EL HECHO DE QUE ESTA OFERTA VENGA DE UN COLECCIONISTA CERCANO A UN GRAN MUSEO HA CONVENCIDO A LOS VENDEDORES PARA ACEPTAR», INFORMÓ ERIC TURQUIN, QUE FUE UNO DE LOS PRIMEROS EN IDENTIFICAR EL CUADRO.
La historia que envuelve al cuadro es un misterio. Fechado en 1607, existen testimonios documentales de la existencia de este óleo pintado en Nápoles, además de la copia realizada por el pintor holandés Louis Finson (imitador de Caravaggio), pero se le perdió la pista en 1617.
Por Yaconic.