Marie George Jean Méliès mejor conocido como George Méliès nació en París, Francia el 8 de diciembre de 1861 y fue un ilusionista y cineasta.
Aunque comenzó filmando escenas cotidianas, Méliès fue el primero que utilizó la cámara para narrar historias ficticias, es decir, el inventor o al menos el pionero del cine de efectos especiales.
Para el año 1895 asistió al estreno de las primeras películas de los hermanos Lumière, inventores del cinematógrafo, ante esto Méliès salió inspirado y adquirió una cámara cinematográfica para después construir unos estudios y así poder dedicarse a la producción y dirección de películas.
Entre los de 1899 y 1912 ya había realizado cerca de 400 producciones, en su mayoría con temática de comedia, entre las que destacan:
- Cristo andando sobre las aguas (1899)
- El hombre de la cabeza de goma (1901)
- Viaje a la Luna (1902) se convirtió en su trabajo más reconocido pues habría sido una película premonitoria en forma de parodia de la llegada del hombre a la Luna, suceso que ocurrió 67 años después.
- El viaje a través de lo imposible (1904)
- Hamlet (1908)
Se cree que Méliès fue quien filmó la primera doble exposición, así como la primera captura de pantalla dividida y el primer efecto de disolución, y claro además fue el pionero en presentar una decapitación con efectos especiales, pues en esta toma incluyó cabezas cercenadas que flotan en una habitación.
Georges Méliès se inspiró en hechos reales de la época. Por ejemplo, de su película À la conquête du pôle (A la conquista del polo, 1912) es una interpretación de las entonces recientes expediciones lunares.
Algunas de sus cintas pueden considerarse precursoras de futuros géneros; en Cleopatra (1899), habría sido iniciador de las películas de terror.
También grabó reconstrucciones de eventos o noticias reales y mensajes publicitarios.
Desde 1946, año con año se otorga el premio Méliès a la mejor película francesa.
Méliès falleció en la miseria el 21 de enero de 1938 en el hospital Léopold Bellan de París y sus restos descansan en el cementerio de Père-Lachaise.
Por El Heraldo de México.