Mientras el panismo potosino despliega toda una estrategia mediática para descalificar al gobierno de AMLO por lo que hace y deja de hacer, los funcionarios federales, la dirigencia estatal de Morena y sus legisladores locales y federales se echan a la hamaca al cabo las jugosas quincenas –con toda y la sobada austeridad republicana– nadie se las quita.
En conferencias, boletines de prensa y entrevistas los panistas todos los días pintan nubarrones sobre el horizonte, y los de Morena ni se inmutan.
De acuerdo al organigrama del Comité Estatal de Morena, existe una Secretaría de Comunicación a cargo de Alba Eugenia Pimentel Hernández; será una mera formalidad porque en los hechos de esa área no sale ni siquiera un boletín en defensa de las controvertidas medidas del Presidente AMLO, tampoco se ve que hagan uso de las benditas redes sociales.
Si algo caracteriza a Morena en San Luis Potosí es su divisionismo, el delegado Gabino Morales tiene su propio grupo y mantiene línea directa con AMLO; tiene una estructura electoral a través de los “servidores de la nación”, que son sus empleados, pero con la mayoría de la militancia la relación es tirante.
Ha tejido una alianza con Edson Quintanar, diputado presidente de la JUCOPO, para enfrentar a la corriente del dirigente Sergio Serrano y a la bancada federal que lidera María Luisa Veloz, aunque Ricardo Delsol se mueve por su cuenta, es el único de los seis legisladores que fue electo por mayoría, los demás son plurinominales; en conjunto es escaso el trabajo realizado a favor de la entidad.
El senador Primo Dothé Mata tampoco tiene un desempeño relevante ni gestiona apoyos; enemigo acérrimo de Gabino; el delegado “metropolitano” Leonel Serrato entró en una fase de silencio después de varios meses de protagonismo, mientras sus regidores capitalinos Alma Mireya Cerino Zapata y Ángel Manuel Reyna Sánchez, siguen sus pasos, son de piedra y no aportan nada al Cabildo, avalan todo lo que les pone el alcalde Nava, “mienten, roban y traicionan al pueblo” con su trabajo mediocre.
Para regocijo del PAN, la única oposición real, con la cercana renovación de la dirigencia de Morena las pugnas internas se verán multiplicadas, se van a dar con todo, en la elección estará en juego a la vez la posibilidad de ir amarrando las candidaturas para el 2021: gubernatura, diputaciones locales y federales, y alcaldías.
En compensación de los votos que perderá Morena por tres años de desgaste al actuar como los políticos tradicionales, para su suerte contarán con el voto verde del gallardismo, aunque Serrano vocifere que no permitiría tal alianza y primero renuncia a su militancia, en las cúpulas nacionales ya se pactó con Ricardo Gallardo Cardona, tiene la anuencia del “preciso” de la 4T.
Alcaldías de SLP y Soledad
Para la alcaldía capitalina se mencionan como aspirantes de Morena a Leonel Serrato, Marcelina Oviedo, José Antonio Lorca Valle, Paloma Aguilar e incluso el propio alcalde Nava, el ofrecimiento para que se reelija –dicen– se lo hizo Gabino.
Para Soledad, se perfila sin adversarios hasta ahora Paola Arreola, ya está haciendo su clientela con las pipas que surten de agua a colonias y que asegura paga de su bolsa; y su padre y tíos son el soporte de Gabino y manejan los censos de los beneficiarios de los programas sociales; habría que ver si el municipio seguirá siendo gallardista como parte de los acuerdos avalados por AMLO, y el proyecto de los Arreola quedará solo en eso o se verán obligados a trabajar de la mano con la gallardía, con la que han colaborado hasta hace poco.
El PAN tendrá otra vez una participación testimonial en ese municipio, los estragos de Juan Manuel “El Famy” Velázquez no se olvidan. (Javier Padrón).