Un breve recorrido visual por algunos de los eventos sociales, políticos, culturales y artísticos del devenir de México, los cuales se han integrado al imaginario colectivo, compone la exposición Historias de luz y plata. Imágenes del acervo de la Fototeca Nacional, que a partir de este 23 de agosto y hasta el 20 de octubre, estará abierta en la Sala Nacho López de ese repositorio de Pachuca, Hidalgo, cuya misión es conservar, investigar y difundir un acervo inagotable.
En el marco del 20° Encuentro Nacional de Fototecas, el cual se realiza en esa ciudad, el coordinador del evento académico y director de la Fototeca Nacional, Juan Carlos Valdez Marín, comentó que esta exhibición representa una ínfima parte del universo bajo custodia de la Fonoteca Nacional del INAH, el cual supera el millón de piezas de naturaleza fotográfica. Sin embargo, la carga simbólica de las tomas en su conjunto, permite a cualquier mexicano reconocerse en ellas.
Asimismo, es una muestra que honra la identidad forjada a partir de este invento que cumple 180 años, “testimonios visuales que dan cuenta de las diversas sociedades y ayudan a entender los procesos históricos, referencias del pasado reciente; en síntesis, las fotografías que resguarda la Fototeca Nacional son historias de luz y plata”, expresó.
Este repositorio resguarda el acervo fotográfico más relevante en nuestro país, no sólo por la variedad de temas, los más de dos mil 700 autores representados en sus 47 fondos, o por el arco temporal, el cual abarca de 1845 a nuestros días, sino porque ha impulsado y fortalecido una cultura de respeto, la cual valora a las imágenes como documentos históricos.
Historias de luz y plata. Imágenes del acervo de la Fototeca Nacionalreúne 16 fotografías de gran formato —de un importante conjunto que se exhibió originalmente en la Galería de las Rejas de Chapultepec, en la Ciudad de México—, las cuales muestran formas de vida cotidiana, la evolución del paisaje, el desarrollo urbano y la paulatina transformación de la identidad de los mexicanos.
En el Ex Convento de San Francisco, sede de la Fototeca Nacional, el visitante podrá observar los rostros impasibles de un grupo de indígenas seris frente a la playa de Isla Tiburón, en 1891; los vuelos de los primeros aeroplanos en los campos de Balbuena, hacia 1911; los monumentos arqueológicos expuestos en el Salón de Monolitos del Antiguo Museo Nacional; a las mujeres que hicieron la Revolución a bordo de ferrocarril, o al cilindrero capturado por Nacho López en una bucólica escena en la Avenida Juárez.
Marco Antonio Cruz y su Habitar la oscuridad
De las “luces” de la historia nacional, el reconocido fotógrafo Marco Antonio Cruz invita a acercarse al mundo de las sombras. En Habitar la oscuridad, el autor exhibe 32 fotografías de un ensayo al que ha dedicado 17 años de labor y cuyo material atiborra dos cajas enormes. La exposición fue inaugurada este viernes y permanecerá hasta inicios de noviembre en el Museo de Minería, localizado en el Centro Histórico de la capital hidalguense.
En compañía de otros colegas, que como él han recibido la Medalla al Mérito Fotográfico —entre ellos lo recién galardonados Christa Cowrie y Bob Schalkwijk, así como Lourdes Almeida, Javier Hinojosa y Antonio Turok—, el editor de la agencia ProcesoFoto se mostró contento de exponer imágenes que hasta ahora habían permanecido inéditas.
Como un guía, Habitar la oscuridadlleva de la mano al vidente por los pasillos de escuelas para ciegos y débiles visuales, de hospitales, salas de cirugía e incluso al interior de una cámara de “fondo de ojo”, para tener una idea panorámica sobre las causas que llevan a la pérdida del sentido de la vista, además de conocer limitaciones, esfuerzos y afectos que acompañan a quienes tienen esta condición.
La pobreza y la marginación son actores en esta circunstancia, como lo muestran los retratos de indígenas chinantecos de Oaxaca o tzeltales de Chiapas, que quedaron ciegos por efecto de oncocercosis y tracoma, y no pudieron acceder oportunamente a servicios oftalmológicos. No obstante, es una realidad que no es exclusiva del ámbito rural, así vemos la manera en que niños, jóvenes y adultos deben capacitarse para moverse en la vorágine de la gran Ciudad de México.
Los rostros duros de México en la mirada de tres jóvenes creadores
La violencia de género y sus cifras en México, las inquietantes secuelas de las desapariciones forzadas y la búsqueda de la identidad sexual, son parte de los intereses de los jóvenes creadores Karina Juárez, Yael Martínez y Nelson Morales, quienes hablaron de sus proyectos en el tercer foro del 20° Encuentro Nacional de Fototecas: “La creación fotográfica en la actualidad”.
Juárez explicó que su acercamiento al tema de violencia de género, se dio tras haber sufrido un evento de abuso. Ante esta problemática que ha rebasado a autoridad y ciudadanía, decidió “aproximarse” a retratar los feminicidios mediante una imagen de cuerpo completo, más alarmante y abrumadora que la nota roja suelta, ésta consiste en la lista de feminicidios registrados en 2017, acompañados con datos sobre los mismos. Las fichas suelen citar en primera instancia el “Lugar” donde fueron encontrados los cuerpos, por lo que decidió titular así su proyecto.
Al igual que su colega, el fotógrafo independiente Yael Martínez empezó a fotografiar las secuelas psicológicas y emocionales de quienes enfrentan la ausencia de hijos, padres y hermanos, por desaparición forzada, luego de padecerlo en carne propia. La casa que sangra, su proyecto publicado recientemente, registró a mujeres y hombres “muertos en vida” del norte de Guerrero, Sinaloa y Veracruz, pero también recogió sus testimonios, cuyo desagarro no tiene consuelo ni comparación algunos.
Finalmente, Nelson Morales compartió cómo la fotografía ha sido un camino de búsqueda, liberación y hallazgo de su propia identidad, lo que incluye cuestionamientos sobre su rol de género. Ese autodescubrimiento inició con el ensayo “Muxes”, en el que lleva una década de trabajo; siguió con “Fantastic Woman”, con el cual acompañó el proceso de reasignación de sexo de un transgénero de 70 años; y ahora, a partir de autorretratos, cuestiona las distintas masculinidades en su serie “The Mexican”.