Por sorpresa, el cantante Bono entregó esta noche aquí el premio de honor del Festival de San Sebastián por su trayectoria a la actriz española Penélope Cruz, en el marco de una emotiva gala en la que fue ovacionada y en la que le soltaron las lágrimas.
“No todos los actores tienen tanto éxito dentro de la pantalla como fuera de ella como Penélope” comentó el líder de U2 sobre la actriz madrileña, su íntima amiga, la más joven en recibir el Premio Donostia de honor del festival, por su trayectoria como actriz, que comenzó hace 31 años.
“Es increíble. Qué estado de nervios. Muchas gracias, no me imaginaba que iba a ser él. Te quiero, te amo significa tanto para mi que estés aquí, estoy en shock” respondió Cruz al cantante en la ceremonia de entrega a la que acudió su marido, el también actor Javier Bardem, y Gael García Bernal, entre otros.
El festival de cine del puerto vasco-español, entregó su principal reconocimiento honorífico a la actriz, al considerar que “no se puede entender sin ella el cine español de las tres últimas décadas”.
A sus 45 años, Penélope Cruz, quien hizo su primera película a sus 14 años, ya tiene un Oscar, así como un premio en Cannes, un Bafta, tres Goya y un César de honor en Francia, entre otros.
En su discurso de agradecimiento, Cruz, vestida con elegante vestido blanco firmado por Chanel, afirmó que de niña siempre tuvo “dos sueños: poder ser madre y poder dedicarme a mi pasión desde que era niña, que era la interpretación, que siempre fue una necesidad para mí”.
“Siento que algunos de los sueños más importantes se han cumplido” comentó la actriz que le dedicó el premio, una estatuilla de una farola, “a mis dos preciosos hijos y a mi marido Javier, el compañero de viaje más maravilloso que se puede tener”, y que no dejó de aplaudir a su esposa durante toda la ceremonia.
Cruz llamó también al igualdad de hombre y mujeres y recordó a las mujeres asesinadas por sus parejas y previamente, en una rueda de prensa, agradeció su ayuda a tres directores españoles: Pedro Almodóvar, de quien dijo que le leía la mentes, Fernando Trueba y Bigas Luna. Y comentó que la profesión le había dado amistades, entre ellas la de Salma Hayek.
Por Milenio