Felipe Morales
El cese del entrenador del club Atlético San Luis, Gustavo Matosas, se debió al escándalo suscitado por el audio en el que negocia su comisión por la adquisición de un jugador para el club León, y a sus escasos números, 3 de 21 puntos.
El comunicado emitido por el San Luis agradece la entrega y profesionalismo de Matosas, un simple cumplido para no abundar en detalles.
Se recuerda el despido de Alfonso Sosa con el único argumento del presidente Marrero, que dijo que el timonel era separado del cargo por faltas de respeto, y se contrataron los servicios de Gustavo Matosas, que había tenido gran éxito con el Club León, logrando convertirlo en campeón, un mal paso por Atlas y una regular actuación en el banquillo del América.
El uruguayo procedía de dirigir a la selección de Costa Rica con una salida polémica, ya que dijo estar aburrido.
Y llegó a San Luis para dirigir desde la fecha ocho, visitando a Puebla, con un gran inicio ganando en el estadio Cuauhtémoc por 3 a 1; en la jornada diez, perdió 3 a 2 ante Santos en el Lastras; en la jornada once, en Toluca, perdió por 3 a 1; en la jornada doce, como locales, volvió a perder ante Tijuana 3 a 2.
En la jornada 13, visitó a Juárez, cayendo por 2 a 1; en la jornada catorce, de triste memoria, perdió ante Querétaro por 2 a 0, y este sábado, en León, sumó la quinta derrota en la Liga a manos de su ex equipo León por 3 goles a 2; total, en la Liga, una victoria por 6 derrotas, en más números, solo 3 de 21 puntos posibles.
En León se negó a declarar sobre el escándalo del audio, alegando que había que “valorar” la situación y después de reunirse con el abogado y el presidente del Club (Marrero), haría un pronunciamiento.
Se llevó a cabo dicha reunión indudablemente, pero el tema central fue el cese definitivo; Alberto Marrero tuvo que echar mano de Luis García, hasta este sábado entrenador del equipo de la categoría sub 20 para que concluya el torneo al frente del equipo.
La salida no exime a Matosas de la probable sanción, una multa que incluye la cantidad lograda de forma irregular y la inhabilitación para dirigir hasta por cinco años, de acuerdo al código de ética de la FIFA.