Sebastián Jurado Roca debutó como portero del Veracruz en la Liga MX el 9 de noviembre de 2018, en un juego Veracruz-Querétaro. Recibió dos goles, pero se le vieron condiciones, por eso repitió en la jornada 17, la siguiente, contra América, y aunque le metieron otros cuatro, muchos aseguraron que había surgido una figura.
Nacido en el puerto, Sebastián creció con la idea fija de jugar en los Tiburones Rojos del Veracruz, de volar tal escualo fuera del agua en pos de la prensa, del balón, de defender la cabaña, la portería, la casa, el “Pirata” Fuente.
Fueron pasando los juegos, siguió siendo titular por encima de su maestro Édgar Melitón Hernández, ley de vida y más en esto del deporte… Pero pasaron los juegos y aunque los halagos crecían hacia él, algo no llegaba: el triunfo.
Al final, de los 41 juegos sin perder que acumuló el Veracruz, Jurado estuvo presente en 33, con una marca de 25 derrotas y ocho empates.
Hasta que el fin llegó el día. Veracruz contra Puebla.
Se había frustrado en los últimos partidos, cuando estuvo cerca de conseguirlo pero los minutos le jugaron en contra. Ayer pensó que sería lo mismo.
El reloj parecía de arena, corría lento, y Puebla, ya en desventaja, herido en su orgullo pues no querían ser el equipo al que Veracruz al fin le ganó, llegaba cada vez más y más.
Minuto 75, el VAR aparece y se revisa un posible penalti a favor del Puebla… Todo queda en susto.
Minuto 90, Puebla llega con toda su artillería, el balón vuela en pos de la red pero al final no la encuentra…
El destino juega a favor del joven portero, que cuando escucha el silbatazo final suelta las lágrimas, festeja la victoria, esa victoria que nunca había tenido en Primera División. Sentimiento nuevo; nueva sensación, y eso que sólo fue un triunfo en la jornada 15.
Pero fue el primer triunfo de Sebastián Jurado, defendiendo a su amado Veracruz.
SUN.