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El realismo mágico en la obra de Elena Garro

Autora inscrita en el realismo mágico literario, Elena Garro (1916-1998) tiene absoluta vigencia en el México de hoy, la misma que Rosario Castellanos (1925-1974), cuyos nombren emergen cuando se habla de escritoras mexicanas importantes, señala Mayra González (McAllen, Texas, 1981), editora literaria.

Lo que falta, explica en su oficina de Polanco durante una entrevista con Notimex, es elevarla un poco más en el listado, hasta colocarla en el sitial que realmente merece. Es decir, reconocer la importancia que tiene dentro del panorama literario hispanoamericano, dado que su obra trascendió mucho más allá de las fronteras de la República Mexicana.

Una deuda por saldar

—Me parece que la gran deuda con Elena Garro descansa en su importancia dentro de la literatura femenina hispanoamericana. Para hacerle justicia, lo primero es propiciar un reencuentro con los lectores avezados que conocen, por ejemplo, Los recuerdos del porvenir (1963), su primera novela y con la cual obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia.

      Luego, ponerla al alcance de las generaciones actuales, de los nuevos lectores a quienes el nombre Elena Garro les suena en la lejanía, como el de un ser maravilloso que vivió en otros tiempos y fue grande en las letras en español. Consecuentemente, se debe despertar en ellos la verdadera curiosidad, para que la valoren y le den su espacio exacto.

      —Sin duda es necesario revisitarla, revalorarla y colocar nuevamente su obra en las librerías, concretamente en las secciones de novedades, para que los lectores actuales en su relectura o nueva lectura la encuentren a ella y a otras escritoras de hoy, como Gabriela Cabezón Cámara, Isabel Mellado, Lara Moreno, Guadalupe Nettel y Carolina Sanín.

Una lectura gozosa

Explica que esas escritoras, que pertenecen a diversas nacionalidades, tienen hasta hoy un primer encuentro (gozoso por cierto) con Elena Garro gracias a la lectura que hicieron de Los recuerdos del porvenir, con la finalidad de nutrir con sus reflexiones y pensamientos esa obra simbólica de la historia literaria de la segunda mitad del siglo XX.

      Las anteriores glosas de la entrevistada obedecen a la reciente puesta en el mercado de una edición actualizada y comentada de Los recuerdos del porvenir. Escrita en prosa, puso a su autora en la refulgente luz del realismo mágico al que pertenecen también otros titanes como el colombiano Gabriel García Márquez y el mexicano Juan Rulfo.

      —Ahora que preparamos esta entrega de la mencionada obra, y platicando con las autoras de otros países que nos han brindado su lectura de esta novela para colaborar con la nueva adición, descubrí que Elena Garro no es una autora que esté en la cabeza, ni posicionada como una escritora hispanoamericana de la relevancia que debe tener.

Como escrita ayer

Por otro lado, abona González Olvera a sus declaraciones, si se observa el corpus literario de Garro, y se piensa en esta novela en particular, tiene vigencia total porque habla de violencia contra la mujer, de racismo, del robo de tierra a los campesinos, como si estuviéramos en la época posrevolucionaria, o acaso en los tiempos de los Cristeros.

      —Habla de qué pasa con la muerte de los ideales de la Revolución Mexicana, qué pasa cuando la Revolución dejó de ser un momento de éxtasis y de justicia para dar paso al ocaso, a la noche que estamos viendo; pareciera que se escribió ayer, por eso, los lectores incipientes tienen la oportunidad de conocer a Elena Garro en esta nueva edición.

      La nueva edición es ampliada por una razón sencilla: el lector termina la novela y se sigue de corrido con los comentarios de Gabriela Cabezón Cámara, Isabel Mellado, Lara Moreno, Guadalupe Nettel y Carolina Sanín, quienes aportan sus pensamientos para crear una extensión del diálogo entre Elena Garro, ellas y el lector, consumado o novato.

El lector tiene la palabra

No tiene un prólogo ni un texto introductorio que intente orientar o explicar algo al lector. Está la novela como la escribió la autora y enseguida el dossier para que la gente palpe de inmediato con cuál autora coincide, con cual difiere, a quién le otorga razón y crédito, de quién prefiere hacer caso omiso para mantener firme su idea sobre la novela.

      El cuerpo de la novela se divide en dos partes, la primera de ellas consta de 14 capítulos que son habitados por los militares en Ixtepec y por Francisco Rosas, general de triste fama, por ser un hombre desalmado, quien se apodera del gobierno de ese pueblo; la segunda es espejo del ocaso del general Rosas, cuya amada lo abandonó por malvado.

      Los hermanos Moncada, la Guerra Cristera, el general Francisco Rosas, su amada Julia y el extranjero Felipe Hurtado, entre otros personajes, situaciones y escenarios, son los protagonistas de la novela que tiene como fondo al pueblo de Ixtepec, por lo que el dossier que da un plus a Los recuerdos del porvenir se titula justo “Más allá de Ixtepec”.

Cinco voces, cinco nacionalidades

—Para ese apéndice pensamos en cinco voces, número redondo para tener un panorama amplio y variado sobre lo que las escritoras latinoamericanas de hoy piensan de esa obra. Queríamos que fueran de distintos países en lengua española, y así reunimos a Argentina, Chile, España y Colombia, que se unieron a la voz de México— explica la entrevistada.

      Gabriela Cabezón Cámara (Argentina), Isabel Mellado (Chile), Lara Moreno (España), Carolina Sanín (Colombia) y Guadalupe Nettel (México) hicieron la lectura o relectura de la novela, sin restricciones, ni delimitaciones sobre el texto que debían entregar. A cada una se le pidió que escribiera lo que sintiera, lo que le naciera del corazón.

      El ejercicio fue interesante. Las cinco voces, las cinco nacionalidades que dan vida propia al dossier, sin que por ello lo emancipen de la novela, es un mosaico de opiniones todas interesantes. —Una autora se centra en Ixtepec, otra en la voz narrativa, alguna se ocupa del tema de las mujeres, y no falta quien habla de los oprimidos campesinos.

La piedra angular de su obra

Los recuerdos del porvenir ocupa, dentro de la producción literaria de Elena Garro —quien fue esposa del poeta, narrador y ensayista mexicano Octavio Paz (1914-1998), ganador del Premio Nobel de literatura en 1990 y del premio Cervantes en 1981—, un sitio muy especial, narrativamente hablando, es su gran obra maestra, piedra angular de su corpus literario.

      Además de la obra objeto de esta entrevista, Elena Garro dejó para la posteridad las novelas Andamos huyendo Lola (1980), Testimonios sobre Mariana (1981), Reencuentro de personajes (1982), La casa junto al río (1983), Y Matarazo no llamó… (1991), Inés (1995), Busca mi esquela & Primer amor (1998), Un traje rojo para un duelo (1996), Un corazón en un bote de basura (1996), y Mi hermanita Magdalena (1998).

      —Es una novela con la que el lector se confronta porque habla del amor, de la fe, de la perfidia y todo eso, en unas cuantas páginas. Elena Garro aportó a las letras de este país su imaginación, creó un mundo redondo, una voz que lleva al lector de la mano. El 11 de diciembre, cumpleaños de Elena Garro, la celebraremos en la librería Gandhi de Miguel Ángel de Quevedo— adelantó finalmente.

Con información de Notimex

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