Hace más de un año llegó a la dirigencia estatal del PAN el abogado doctorante Juan Francisco Aguilar Hernández, un desconocido en la política, mediante un proceso interno plagado de irregularidades “tipo PRI de los setenta”, así lo dijo el candidato perdedor, Jorge Lozano Soto.
Obró un milagro que impidió la ruptura anunciada, Lozano se sosegó y acomodó a su esposa y seguidores en el ayuntamiento navista; la desaseada elección quedó en el olvido, en apariencia.
Considerado un títere del diputado Xavier Azuara, Pancho, para los cuates, tiene un despacho especializado en materia penal (AVK) del que no se ha separado, corriendo riesgos de caer en conflictos de interés, para encabezar una nueva etapa en el PAN que no se ve por ningún lado y legitimarse asumiendo posturas fatalistas en contra del gobierno de AMLO, son constantes las declaraciones y boletines de prensa que pintan un país al borde del precipicio por las políticas económicas, sociales y de seguridad del morenismo dominante.
Mientras que al gobernador Carreras le da un trato especial, no hay cuestionamientos de fondo, hay una complicidad silente, bien sabe que una parte del panismo votó por el priista no solo por su pasado calderonista, sino para ajustar cuentas con la corriente que impuso de candidata a Sonia Mendoza sobre Octavio Pedroza Gaitán.
No ha movido un dedo para frenar los enjuagues del coordinador de la bancada en el Congreso del Estado y ambicioso presidente de la JUCOPO, Rolando Hervert Lara, gastando a manos llenas y en encuestas ridículas en las que se promueve como aspirante a la gubernatura. De la contratación del suegro de Azuara como asesor legislativo, es evidente que Pancho se mostró complacido.
Hace unos meses volvió al PAN la sombra de la discordia e incluso de la violencia. Pancho fue señalado de agredir al exregidor Gilberto García Moreno, le hizo unas llaves de luchador rudo, porque se atrevió a contradecir su línea dictada para socavar al alcalde Xavier Nava. Pancho negó los hechos, lo que es inocultable, no es necesario hacerlo más explícito, es que rompió lanzas con el nieto del doctor Nava.
El indignante caso de la oficial del Registro Civil, Teresa Carrizales, desalojada de manera violenta, fue un mero pretexto para marcar distancia, las diferencias con Nava venían de más atrás, del apoyo brindado al hijo de Jorge Lozano Armengol en la elección interna, por la conformación del gabinete municipal sin panistas en la primera fila y por la posibilidad de que Nava brinque como candidato de otro partido a la gubernatura y les coma el mandado.
Por eso a Pancho se la ha complicado legitimarse como dirigente y opositor, la subordinación a Azuara lo limita y anula el intento de construir un liderazgo propio, está a expensas de que le digan qué hacer y cómo; sin dejar de mencionar el impacto tremendo que ha tenido en el PAN el proceso judicial en contra de Genaro García Luna, en los dos sexenios federales panistas imperó la corrupción y el falso combate al narcotráfico del que formó parte.
EL”EJÉRCITO” DE PANCHO
Luego de haber lanzado en sus redes sociales el día de los Santos Inocentes una nota falsa de que el PAN había definido su política de alianza con otros partidos rumbo al 2021, Pancho se puso serio y emitió un boletín de prensa para anunciar la apertura hacia las candidaturas ciudadanas.
No se considera necesariamente un mensaje de buena voluntad a Nava, sino a líderes empresariales y de otros sectores que están siendo reclutados desde ahora por la estrategia de la COPARMEX para enfrentar a la terrorífica 4T en las elecciones intermedias, no será suficiente la militancia panista para esta coyuntura, de ahí la urgencia de atraer a ciudadanos sin partido.
En este 2020 capacitará a 3 mil militantes de todo el estado, “un ejército”, dijo, y a los aspirantes a candidatos y sus equipos de campaña, “con ello se estará proyectando la identidad del PAN”.
Se ve difícil que así recupere su identidad, es un problema nacional que rebasa los esfuerzos de Pancho, tendrían que hacer un ejercicio de expiación, reconocer la corrupción foxista y calderonista, enmendarse con acciones palpables y no se ve ninguna intención en ese sentido, el proceder incongruente del diputado Rolando Hervert lo confirma. La Mesa Revuelta les desea lo mejor en este 2020. [Javier Padrón]