Un avión ucranio se ha estrellado en la madrugada de este miércoles cerca del aeropuerto internacional Imán Jomeini (30 kilómetros al sur de Teherán) unos cinco minutos después de despegar. En la aeronave, un Boeing 737, viajaban 176 personas entre pasajeros y tripulantes de la aerolínea Ukraine International Airlines (UIA). No hay supervivientes.
Las circunstancias del siniestro se desconocen. Los medios iraníes señalan causas técnicas y fallo en el motor de la aeronave, que cubría la ruta Teherán- Kiev. El suceso coincide con la escalada de tensión entre EE UU e Irán en una noche marcada por el bombardeo iraní a dos bases en Irak donde se encuentran desplegadas tropas estadounidenses.
El Gobierno ucranio, que a través de su Embajada en Teherán descartó en un primer momento otras causas que no fueran técnicas (mencionando expresamente un cohete o un ataque terrorista), retiró de su web la declaración anterior y señala ahora que es demasiado pronto para establecer las circunstancias del suceso, que deberán investigarse a fondo. Ucrania mandará un equipo de expertos sobre el terreno, según ha informado el primer ministro, Oleksiy Honcharuk.
Las autoridades iraníes se niegan a entregar las cajas negras del avión siniestrado a la compañía Boeing, una multinacional estadounidense, elevando las sospechas sobre la catástrofe. “No le daremos la caja negra al fabricante y a los estadounidenses”, dijo Ali Abedzadeh, jefe de la Organización de Aviación Civil de Irán, citado por la agencia iraní Mehr. El responsable declaró que aún no se ha decidido a qué país se transferirán las cajas negras para descifrar los datos del siniestro.
Por El País.