Como está establecido cada cuatro años, en abril próximo habrá elección en la rectoría de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.
El arquitecto Manuel Fermín Villar Rubio concluye su rectorado después de dos periodos, y al menos hay tres aspirantes visibles a sucederlo.
El secretario general Anuar Abraham Kasis Ariceaga sería el candidato natural a la rectoría por la regla no escrita de que asciende el segundo de abordo. Es doctor en arquitectura, fue director de la Facultad del Hábitat y reúne todos los requisitos para ser el próximo rector.
En el conflicto ocurrido el año pasado en el campus oriente por el intento de rapto de una estudiante en los alrededores, Kasis se presentó para dialogar con los estudiantes que habían suspendido clases y tomaron las instalaciones exigiendo seguridad y hablar con el rector.
La actitud de Kasis sorprendió, no se le vio muy activo, dejó que fuera Joel Maytorena, jefe de la oficina de rectoría el que hablara con los estudiantes, mientras él se mantuvo al margen, no dijo una sola palabra y cuando la prensa se le acercó para pedirle una postura, simplemente se escabulló.
Esta reacción fue una mala señal, su falta de oficio político y capacidad para lograr acuerdos con estudiantes, cuyo enojo estaba justificado, y negativa para atender a los medios, no lo descalifican pero al menos nos da una idea de su forma de ser y actuar en momentos de crisis.
Otra candidata que se ha mencionado con insistencia e incluso con más posibilidades que Kasis, es la maestra en arquitectura Dolores Lastras Martínez, secretaria académica, el apellido es su carta de presentación. En la carrera de Diseño la recuerdan como una docente muy faltista.
Ha tenido una carrera meteórica, se le creó exprofeso la Coordinación Académica en Arte para luego subir a la secretaría académica en sustitución de Luz María Nieto Caraveo, cuya salida fue imprevista y nada diplomática que digamos, pareciera que hubo dolo y mala fe para abrirle cancha a Lastras.
La reciente denuncia presentada en redes sociales por el docente del Centro Universitario de las Artes, José Antonio Motilla, a quien no se le renovó el contrato con diversos pretextos, puso sobre la mesa la práctica del nepotismo y una red de tráfico de influencias, de la que no sería ajena la maestra Lastras.
Pese a ello, en los círculos universitarios se afirma que Villar Rubio la tiene en alta estima y sería su favorita para sucederlo. A través del lenguaje no verbal se puede ilustrar esta cercanía, en el conversatorio realizado con motivo de los 97 años de la autonomía, Villar Rubio se hizo acompañar de Lastras, no de Kasis.
El tercer aspirante no está en el primer círculo de Villar Rubio, se trata del director de la Facultad de Medicina, Alejandro Javier Zermeño Guerra, muy estimado y conocido en el ámbito universitario y fuera de él.
Se asegura que este oculista ha obtenido un consenso amplio de varios directores de facultades, sí está puesto para el cargo pero no quiere generar divisionismo, problemas en la sucesión, si no logra ser candidato de unidad, desistirá de su intención de competir por la rectoría, según afirman sus allegados.
Desde el año pasado hubo avisos, brotes de inconformidad de grupos interesados en generar inestabilidad para influir en la sucesión rectoril, precisamente en la Facultad del Hábitat, como que alguien no quiere que Kasis llegue. [Javier Padrón].