“Ojalá”, emblemática canción compuesta en 1969 y publicada nueve años después por del mundialmente reconocido trovador cubano Silvio Rodríguez, ha vuelto a la palestra pública, pero esta vez envuelta en una polémica de plagio que pica y se extiende.
La nueva “Ojalá pase”, interpretada por el grupo cubano de hip-hop Orishas y la española Beatriz Luengo, irrumpió en el mercado internacional con una extensa reproducción textual de la creación de Silvio.
“60 años trancando el dominó/ bombo y platillo a los 500 de La Habana/mientras en casa en las cazuelas ya no tienen jama/que celebramos si la gente anda de prisa/cambiando al Che Guevara y a Martí por la divisa…”, dice la nueva tonada.
El texto calza su intencionalidad crítica con la repetición dos veces de un fragmento de la letra original. “Ojalá que se acabe la mirada constate/la palabra precisa, la sonrisa perfecta/Ojalá pase algo que te borre de pronto…”, compuesta por Silvio, según ha dicho, a “una mujer que fue, podríamos decir, mi primer amor verdadero”.
Tras su salida al mercado, “Ojalá pase” destapó encontronazos en las redes sociales a favor y en contra, y el propio Silvio calificó de parasitismo la copia.
“Desde hace varios días varios amigos me preguntan sobre un tema del grupo Orishas que usa un fragmento bastante extenso de mi canción Ojalá. Todos quieren saber lo mismo: si autoricé a que se usaran mi canción dentro de otra canción. No lo autoricé. No pidieron autorización. ¿Qué me parece esta vulneración flagrante de mis derechos como autor de Ojalá, cosa notoria desde hace 50 años ?. Me parece un lamentable acto de parasitismo”, escribió el trovador en su blog Segunda Cita.
En este contexto, la polémica sube de tono más allá del plagio y ha derivado en un enfrentamiento con ribetes políticos.
“El primer síntoma de un fanático es que pierde el sentido de la justicia. Que se le va para el tobillo, por decirlo bonitamente en términos anatómicos.
Lo que está mal, está mal para todos. Ya sea una bomba o una canción plagiada. Si la canción de Orishas tratase de que “los pollitos dicen pío pío pío”, es obvio que también estaríamos ante un plagio al incluir un trozo inmenso de una canción ajena sin pedir permiso. No quieran tapar el sol con un dedo ni seguir inflando sofismas como globos. Estamos ante un caso alevoso, además. Orishas y Beatriz Luengo saben perfectamente cuáles son las reglas de la industria en términos de derechos de autor”, escribió en su cuenta en Facebook la cronista cubana Milena Recio.
Por Milenio