Chile vive una grave crisis de Derechos Humanos, afirmó el viernes la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) al presentar las conclusiones de su segunda visita al país, mientras pareciera que se recrudece la violencia en las protestas de los últimos días.
Esmeralda Arosemena, presidenta de organismo, se expresó categóricamente sobre la gravedad de los hechos tras la visita realizada del 25 al 31 de enero a distintos puntos de Chile.
El organismo ya había enviado una primera misión en noviembre.
La CIDH apeló a la inteligencia policial y no a la represión al controlar la violencia en las manifestaciones. “No es aceptable el incremento de la criminalización”.
“Chile enfrenta un profundo desafío para sus instituciones democráticas en el marco de una crisis social que ha producido un trauma extendido en su sociedad y que requiere de medidas decisivas para superarlo”, señaló Juan Hernández, relator de la CIDH para Chile.
Según la CIDH, hay “deudas históricas” con los crímenes de la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990). “Persisten en el ordenamiento jurídico normas que constituyen obstáculos a la sanción de los más graves crímenes perpetrados en la dictadura”, afirmó Hernández. La perpetuación de esa impunidad, dijo, perjudica a toda la sociedad al transmitir una idea de “tolerancia” respecto a estas violaciones.
El relator se refirió a “un uso desproporcionado de la fuerza” en las manifestaciones y a situaciones de torturas y amenazas, abusos sexuales, violaciones y malos tratos. También condenó el envío de un paquete de medidas al Congreso que endurecen las penas de expresiones de protesta.
También condenó los ataques a la policía chilena por parte de la sociedad civil.
El gobierno agradeció las recomendaciones de la CIDH, pero manifestó en un comunicado de la Cancillería que los proyectos aprobados en el Congreso “están inspirados por la necesidad indispensable de resguardar el orden público y proteger las libertades, seguridad y derechos de los ciudadanos”.
Miles de personas se agrupaban mientras tanto en Plaza Italia para comenzar otra jornada de manifestaciones, mientras las barras bravas de futbol -en una insólita unión- llamaban a homenajear a un hincha de futbol que murió atropellado por un carro de la policía.
En Coquimbo, hinchas suspendieron el partido del club regional contra el Audax al saltar a la cancha con el cartel “Calles con sangre, canchas sin futbol”.
La muerte del hincha desató en los tres últimos días una nueva ola de protestas que han dejado al menos dos muertos.
AP