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OpiniónPORTADA

Galería de Diversos

Jorge Ramírez Pardo

El puente Guadalupe/Reyes se prolongó en algunas galerías potosinas.

Para algunos sitios para exposiciones en la capital potosina, el año amaneció con modorra, para otros con rutina y los menos con brillo en las mamparas.

Centro de Difusión Cultural

Son las 4 de una tarde soleada.  En el perímetro oriente del Centro Histórico, a un costado de la Alameda, se encuentra el Centro de Difusión Cultural del Instituto Potosino de Bellas Artes (IPBA). Edificio en forma de caracol que hace 40 años ingresó la producción y muestras de arte local a la modernidad.

El inmueble fue construido durante el mandato de Guillermo Fonseca (1973-1979), sin embargo, hay una placa de mayo de 1993 por cambio en la nomenclatura (cuando se le agregó el nombre de Raúl Gamboa Cantón), en ausencia de otro dato visible, se presta a suponer que su edificación se realizó durante el interinato de Teófilo Torres Corzo.

El sitio luce cerrado. Un letrero pequeño muestra la leyenda “Cerrado por montaje”. Habrá que ver cómo inauguran las exposiciones de febrero en este lugar donde, las filtraciones de luz natural y enormes volados del edificio, hacen presentables hasta malas museografías o piezas de mediana factura, excepto en su galería/sótano.

En torno a la gran plaza

Transitar o hacer escala en la Plaza del Carmen, es un privilegio dado en pocos escenarios públicos del subcontinente latinoamericano. El diálogo entre el barroco churriguera del Templo del Carmen (cerrado a las 5 de la tarde por motivos de seguridad), el neoclásico espléndido en el Teatro de La paz y su vecino Museo de la Máscara, en una explanada que los congrega y acompaña de un pequeño jardín con una fuente de vigorosos peces que emanan agua salida de sus fauces.

Por lo mismo, si la oferta cultural en los recintos del entorno llega a desmerecer, la estancia en esa plaza/jardín ya es un regalo para vecinos y visitantes en tránsito. Cabe agregar, para las nuevas generaciones y millenials, que el costado norte del Museo de la Máscara, el jardín con fuente y el espacio peatonal entre el teatro y el museo (antigua calle) adquirieron esa configuración hace 40 años y ello ayudó a dar realce y tiro visual de gran ángulo para el lucimiento de esa plaza.

Los museos y galerías del entorno, y el mismo teatro, se privilegian por el sitio donde se ubican. Pero, predominan en ellos museografía y guion rector obsoletos y anacrónicos, deslucida y hasta errática promoción y comunicación. También es evidente la falta de interacción entre ellos.

Solía haber en la explanada que les congrega, actores y músicos ambulantes, generadores de un extra de vitalidad al espacio. Durante algunos años era el punto nodal para encuentro de jóvenes punketos, chavos banda y darketos. También hospedó festivales de teatro y danza callejera, y dos festivales juveniles urbanos. Pero ello y la expulsión de vendedores ambulantes ya no tienen cabida. ¿Nuevas políticas municipales o abulia SeCul?

¿Coloso de Villerías?

Así denominan ocasionalmente al Teatro de La Paz, cuyo frente da a la calle, hoy peatonal, denominada Villerías.

Ahí, sin ningún aviso, desde hace meses, dejó de haber acceso por el costado derecho del Teatro de La Paz a la Galería Germán Gedovius, durante varios lustros considerada por el gremio artístico de las ahora llamadas artes visuales (pintura, escultura, dibujo y se les agregó fotografía e instalaciones). Tampoco hay letrero ni informante a la vista para explicar por qué el teatro mismo, en su cumpleaños 125, está cerrado. Sí hay, en pendones exteriores, anuncios de eventos próximos. Programaciones menores –como desde hace décadas en su mayoría- de ese lugar. Sinfónica nuestra de cada tanto, y eventual concesión a propuestas independientes nos salvan de la ignominia total.

Máscaras entre fiesta oaxaqueña

El Museo de la Máscara también está en un espacio privilegiado. Para sacudir su monotonía, albergaba esa tarde y durante toda la semana, una feria de artesanías y gastronomía oaxaqueña. Construido para casa habitacional, tiene en su interior plafones con pinturas originales y herrería de forja europea. El edificio mismo es pieza de museo.

Lo virreinal

El museo virreinal, en los anexos de la Iglesia del Carmen, contrapesa su escaso magnetismo con exposiciones temporales (en este momento “Viaje y tornaviaje del Galeón de Manila) y ejercicios de reflexión formadora de público dignos de mejor promoción que la actual cercana a lo imperceptible.

Esa misma tarde

El Palacio Municipal, no tenía oferta en galerías; Su anunciada exposición de Momias de Guanajuato, mostrada entrando el año, tuvo una vida efímera.

Antes de cerrar este escrito, vale señalar que los museos y galerías tienen pocos visitantes y  un costo promedio de ingreso de 30 pesos; sus días y horarios con entrada gratuita, a veces son limitados o no coinciden con los de asueto para algunos sectores, principalmente para los de actividades primarias. En cambio, las galerías independientes y las municipales tienen acceso gratuito permanente.

El Centro cultural Caja Real, en la esquina de Madero y Aldama y el Museo de Escultura convergente con el Jardín de San Juan de Dios, merecen comentario extendido, pero eso será para otra entrega en esta Galería de Diversos.

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