Javier Padrón
La sucesión en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí es utilizada como botín político, buscan “fracturar la universidad” en el contexto de las elecciones del 2021, hay una intromisión de “oficinas gubernamentales” y compra de periodistas para hablar a favor en contra de los aspirantes a suceder a Manuel Fermín Villar Rubio.
Son algunos de los planteamientos que se hacen en un texto que fue circulado este fin de semana en un chat de WhatsApp, enviado a directores de medios de comunicación por el propio rector Fermín Villar Rubio según aseguraron diversas fuentes dentro y fuera de la universidad. Otros destinatarios fueron consejeros y funcionarios universitarios.
Esta visión presuntamente institucional de la coyuntura sucesoria, descalifica a quienes han publicado diversas críticas a Villar Rubio por su intención de imponer a la secretaria académica Dolores Lastras; aborda la “guerra sucia” que se ha desatado a unos días de que se realice la sesión extraordinaria del Consejo Directivo Universitario.
Potosí Noticias le preguntó al titular del Departamento de Comunicación Social, Ernesto Anguiano, si era cierto o falso que Villar Rubio haya difundido el texto, su respuesta fue: “No ni lo conocía. No sé nada de ese texto, de todas formas lo revisaré”. Hecha esta precisión, se reproduce el texto de manera íntegra:
“La UASLP, entre el asedio mediático, los intereses políticos externos y el llamado a la unidad.
“Durante los últimos meses una cosa ha quedado en claro: hay fuertes intereses que buscan fracturar a la universidad. ¿Por qué?, la respuesta es simple: el próximo 2021 hay elecciones de gobernador, presidente municipal y algunos otros cargos de elección popular y siempre, siempre, la universidad ha sido un botín político en disputa.
“La política partidista no hace distinciones. La ambición y la búsqueda del poder tampoco. Cuando se trata de aspiraciones, llámense personales, de partido, grupales, sectoriales, gremiales, etc., no tienen límites y ello ha quedado manifiesto, de manera muy clara, de cara al proceso de renovación de Rector en nuestra casa de estudios. Para los agentes externos que piensan todo en términos políticos y de ambición, la Universidad es vista únicamente como una suerte de canasta que contiene poco más de 45 mil votos y que funciona con un presupuesto público importante que resulta muy llamativo cuando se ignora el funcionamiento institucional.
“Lo que hoy se vive es cíclico, se da cada cierto tiempo y bajo los mismos parámetros de tensión, jaloneo e intromisión. Los resultados han sido variados en la historia, pero lo que también ha sido, y es una constante, es la resistencia participativa de la comunidad universitaria.
“No obstante, lo anterior, es histórico el momento que estamos viviendo, de eso no queda duda, nunca antes se ha vivido una situación como la actual. La enorme cantidad de noticias falsas que circulan en las redes sociales, el golpeteo mediático ocasionado por destapes, declaraciones, manipulaciones y la excesiva utilización de medios de comunicación para la generación de notas tendenciosas y favorables a uno u otro de los candidatos a la rectoría, así como la compra de columnistas y periodistas que diario o semanalmente dejaron correr la tinta de sus plumas y teclearon incansablemente en sus dispositivos móviles u ordenadores textos de variadas extensiones, buscando tensar el proceso, ha sido algo cotidiano, con mayor o menos intensidad, desde el mes de octubre del año pasado.
“Dos preguntas pueden darnos claridad:
“¿Quién tiene el poder económico o bien el poder político para mover una maquinaria mediática que involucra más de 15 medios electrónicos, dos medios híbridos, es decir con presencia impresa y electrónica, así como inserciones periódicas en otros medios que no son del todo afines a la misma causa?
“La respuesta se queda a criterio de quien lee, sin embargo, triste sería pensar que esta ha sido una estrategia generada, manipulada y ejercida desde una o varias oficinas gubernamentales, pero más triste aún saber que alguno de los candidatos universitarios al puesto más honorable y respetable de la institución, esté involucrado de manera consciente en dicha estrategia. Eso no tiene nombre. Atentar contra una comunidad que históricamente ha entregado más beneficios a la sociedad que cualquier otra, y todo por una ambición, es quizá una de las peores acciones políticas que puede emprender un grupo de personas.
“La otra pregunta sería, en este escenario, ¿quién o quiénes podrían tener un interés particular en tomar el control de la Universidad? ¿Con qué finalidad? Cada quien es capaz de sacar sus propias conclusiones.
“La autonomía y su ejercicio responsable (aunque a muchos no les guste y no se los parezca, ha sido un ejercicio responsable) le ha costado mucho a la comunidad universitaria. Dar los mejores resultados, tanto académicos, de investigación y en materia cultural, manteniendo la neutralidad política, religiosa e ideológica, no es una tarea fácil. Eso lo sabe muy bien cualquier universitario. La auto-regulación y la responsabilidad administrativa que ello conlleva no es una tarea menor o sencilla.
“Además, la rendición de cuentas, uno de los rubros mejor calificados en los últimos años, es un ejercicio de precisión, esfuerzo cotidiano y coordinación milimétrica en la maquinaria institucional, mismo que no es fácil de lograr. A ello hay que sumar las acciones diarias de convivencia, convergencia de ideas, seguridad, libertad de cátedra e investigación, cuyo desarrollo conllevan una peculiar complejidad.
“Todos estos factores, más un innumerable listado de más componentes que conforman el desarrollo de la vida universitaria que se da día con día, han evolucionado y se han fortalecido con el paso del tiempo y las generaciones de universitarios que han puesto las firmes bases de la vida universitaria actual.
“El oportunismo político es una estrategia implacable y dañina que ha existido desde el origen de las sociedades organizadas, que evoluciona, se transforma y se adapta a los tiempos y circunstancias actuales con la misma naturalidad y rapidez que lo hacemos los seres humanos, los ciudadanos que convivimos en la complejidad de la sociedad.
“Lucrar políticamente con cualquier problema social, con la desgracia ajena o incluso con aspectos de índole personal o de salud ha sido, es y seguirá siendo una estrategia ruin, mezquina e insensible que no perdura, que no cohesiona ni contribuye al bienestar común, y que sin duda está destinada al fracaso.
“La Universidad no es un grupo de más de 45 mil personas esperando a que le digan que hacer, o esperando una nueva ideología que seguir. La Universidad no es un botín político de nadie, mucho menos uno económico desde donde poder desviar recursos para campañas electorales o bolsillos corruptos.
“Quienes han pasado por sus aulas, caminado sus pasillos, habitado sus oficinas y vivido de cerca la convivencia universitaria, y ahora buscan utilizar a la institución para fines que no son ni serán los de una universidad, no entendieron absolutamente nada de lo que significa ser universitario, no importa que hayan ejercido altos puestos de mando, dado más de cuarenta horas semanales de clases o tenido trayectorias de más de treinta o cuarenta años en la institución. Sin embargo, que no lo hayan entendido, con todo respeto no es problema de quienes ahora formamos parte de esta casa de estudios.
“Lo que si nos ocupa y hay que decirlo muy claro también, es defenderla de ustedes (si es que están leyendo esto), de esos universitarios que malversaron y han buscado corromper el espíritu de nuestra alma mater. Nuestro deber es garantizar a las generaciones actuales y venideras la existencia de una universidad que vive su autonomía con responsabilidad para que siempre, siempre existan las condiciones de indiscutible libertad donde podamos desarrollarnos todos.
“Ese es el verdadero llamado universitario, el llamado a la unidad y la convicción de que los universitarios somos mucho más que una mención tendenciosa de desprestigio en los medios, mucho más que una imagen desdibujada en esa realidad alterna y manipulable que se plasma en las redes sociales.
“Esta no es una “guerra” o una “campaña negra” entre universitarios, no es una división interna, ni mucho menos una fractura, lo que estamos viendo es una clara estrategia que ha venido buscando que se de esa división, esa fractura, un plan motivado por unos cuantos y que involucra algunos medios de comunicación que aparentan que existe división donde no la hay, corrupción donde ya no la hay, impunidad donde ya no existe, negocios turbios donde ya fueron erradicados y desvío de recursos donde ya no hay tal.
“La Universidad prevalecerá y seguiremos unidos defendiendo su autonomía frente a todos los embates que se dan y los que puedan darse en el futuro. Somos más los que si entendemos lo que significa ser universitario, los que hemos comprendido la filosofía que encierra nuestro lema: ‘Siempre autónoma. Por mi patria educaré.”