Felipe Morales
El potosino René Eduardo Ortiz Morales, con todo el desencanto del mundo se enteró de la determinación unilateral del presidente de la Federación Mexicana de Atletismo de designar al equipo de maratón para los Olímpicos de Tokio 2021.
Hace unas horas el organismo publicó: “Con base en las disposiciones del Comité Olímpico Internacional y de la World Athletics, la Federación Mexicana de Atletismo ya tiene clasificado al equipo representativo en maratón varonil para los Juegos Olímpicos que se celebrarán en Tokio el próximo año 2021.
Los atletas son: José Luis Santana Marín, Juan Joel Pacheco Orozco y Jesús Arturo Esparza Pérez; la única razón por la cual alguno de estos atletas no participará en la justa veraniega sería porque no tuviera una forma deportiva óptima, estuviera lesionado o desistiera de manera voluntaria”.
La reacción del corredor potosino no se hizo esperar y en redes sociales publicó: “Llevo dos maratones corridos, diciembre 2017 Monterrey, me propuse correr 2:25 y corrí 2:20; septiembre 2019 en Berlín me propuse correr abajo de 2:15 y corrí 2:14:54; iba en busca de mi tercer maratón, de buscar un sueño, mi meta era 2 horas 10:30; no sé si la cumpliría o no, no sé si correría 2:30, pero estaba en busca de lograrlo, de soñar ir a los Juegos Olímpicos.
Primero el COVID-19 me quito la ilusión, después se aplazaron los Juegos a 2021, y la World Athletics decreta que las marcas se reanudan a partir del 1 de diciembre 2020 hasta el 31 de mayo 2021, el COVID-19 no me ha quitado el sueño pero si las decisiones de un presidente autoritario, el de la Federación Mexicana de Asociaciones de Atletismo, quien acaba de cerrar el registro para los maratonistas mexicanos.
Nos podrán quitar el sueño de todo deportista, pero no la fuerza para seguir luchando día a día, el panorama más justo seria acatar las reglas de la World Athletics y que el periodo se cierre hasta el 31 de mayo del 2021 y quien demuestre tener las mejores marcas en el lapso de tiempo sean los representantes por México; no dudo que Santana, Pacheco y Esparza puedan correr más rápido o que nadie pueda correr más rápido que ellos, pero cabe la posibilidad que alguien más sí lo pueda hacer.
Pero que no nos quiten los sueños, que cuestan tiempo, dinero, momentos de la vida alejados de nuestros seres que más queremos, sueños que son los que hacen que luchemos día a día, y darle un poco de esperanza a nuestra vida y paso por este mundo, plagado por tantas injusticias.
Las reglas del juego son claras, pero el autoritarismo y la falta de ética acaban por destruir lo que se viene construyendo día a día, que más atletas se sumen a creer que se puede trascender en este deporte loable donde no exista la corrupción.”