[Javier Padrón]
Si el gobierno de AMLO es omiso en la pandemia al dar trato preferencial a empresarios poderosos, como el dueño de Elektra que tiene tiendas en todo el país y sin ser esenciales continúan abiertas con toda impunidad, se ve imposible que el gobernador Carreras o el alcalde Nava se atrevan a mover un dedo, lo que menos quieren es un conflicto con personajes intocables.
Tienen todas las facultades para clausurar esos establecimientos con servicios de minibanca y una alta cobranza por la venta a crédito de electrodomésticos, y en la pandemia no desaparecen los privilegios de unos cuantos y si hubiera un brote contagioso, si es que no se dio ya, los funcionarios de salud lo mantendrán oculto para que no haya sanciones ni pérdidas económicas, en esta lógica de la ganancia las vidas humanas no valen nada.
Por este doble discurso de los tres niveles de gobierno que se están jugando su futuro político, crece la incredulidad y la desconfianza ciudadana, y se desafían las medidas restrictivas para el libre comercio y tránsito, el quédate en casa no es atendido por la masa trabajadora, a la que siempre se la carga la mano y tiene que salir a la calle a ganarse el sustento diario, el hambre es superior al miedo que produce el coronavirus.
Es previsible que esta semana y la siguiente, anunciadas como las más críticas de la pandemia, las autoridades sean coercitivas para tratar de reducir la movilidad en la entidad que está entre las más altas del país; de manera lamentable sería una espiral de decesos la que finalmente logre disminuir la presencia de la gente en la vía pública, hasta que uno la siente cerca entiende; la otra opción es que salgan los sicarios a dar de tablazos si ya salieron a repartir despensas sin ningún problema.
REFORMA AL ESTATUTO DE LA UASLP SIN CONSULTA
El rector Alejandro Zermeño volvió aparecer en el Patio del Edificio Central para presentar a sus principales colaboradores en una conferencia de prensa.
El tema principal fue su defensa a la trayectoria del abogado Marco Antonio Aranda, al que le llovió granizo el fin de semana. Él mismo se echó porras sin rubor, siempre ha trabajado a favor de San Luis Potosí, habló como un político y cometió una ingratitud, no aludió sus anteriores jefes como el doctor Toranzo y Ricardo Gallardo Juárez, tampoco el capítulo en el que concentró en su puño a los poderes Ejecutivo y Judicial para asombro general.
Zermeño le ha asignado una elevada misión a este intachable y capaz secretario general: “contribuir a la reforma del Estatuto Orgánico que rige la entidad, pues la intención de la actual administración es dar certeza transparencia y democracia a la universidad”, reza el boletín de los chicos de protocolo.
No se dice nada de convocar a una consulta a la comunidad universitaria antes que Aranda presente un primer borrador redactado sin discusión ni consenso. Zermeño podrá presumir que es un demócrata, en los hechos no quiere una reforma incluyente que tome en cuenta a alumnos, docentes, investigadores, empleados administrativos y trabajadores, una consulta real podría moverle el tapete; del tema de la declaración 3de3 de él y sus funcionarios, ni una palabra. ¿Dónde quedó la diferencia con Villar?
Aranda será uno de los diques para los cambios que Zermeño prometió en campaña, está armando un equipo propio con elementos externos que lo han acompañado en sus cargos anteriores y es muy probable que pronto choque con los suprapoderes del grupo de Miguel Maya y la defensora de los derechos universitarios, Urenda Queletzú Navarro.
Las sanciones por el caso de la maestra Emma que fue acosada, deberán incluir al director de la Facultad de Derecho, José Abraham Oliva Muñoz, y otros dos funcionarios del exrector Villar que el presidente de la CEDH, Jorge Andrés López Espinosa, misteriosamente borró de la recomendación. Oliva está a punto de perder la reelección sin competir, a menos que lo salve Aranda.
