Jorge Ramírez Pardo
Toparte con Teresa Palau es una afectación degustable por su calidez en el trato y su conversación rítmica y erudita sin afectaciones.
En varias presencias públicas se puede redondear su pefil:
- En septiembre de 2012, dentro de las celebraciones del día de la Universidad, en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí; en el patio del Centro Cultural Caja Real, se presentó libro escrito por ella, Raúl Gamboa Cantón, el pintor, el maestro, con los cometarios de las dos máximas autoridades de la institución y sus antiguos colegas en la Facultad del Hábitat, los arquitectos Fermín Villar, rector, y Anuar Kasis, secretario general. Evento con casa llena e interminable línea de espera de quienes adquirieron su libro e iban tras el autógrafo; entre ellos numerosos ex alumnos para quienes es Tere o La Maestra –así, con mayúscula-.
- En una de varias ocasiones cuando se le solicitan conferencias sobre arte, se refirió a la obra artística de Vicente Rojo; esta vez, en un panel compuesto por tres participantes y, la calidad de sus comentarios apoyados en imágenes, concentró la mayor atención.
- Otro día, para la inauguración del Taller/galería Gaga, fue invitada por el escultor Jaime Galán a impartir una charla acerca de arte contemporáneo. (Me distancio de esta crónica y asumo el rol de espectador que fui para comentar, es uno de los recuentos más lúcidos, didácticos y bien soportados que haya escuchado en años, y vaya que siempre estoy en la frecuencia de aprendizaje e indagación sobre el tema).
Ex alumna agradecida
A Raúl Gamboa, le sucede lo mismo que otros personajes cuyo nombre es nomenclatura de galería, calle o auditorio. Lo mejor de su quehacer – en este caso artístico-, es poco o nada conocido.
Teresa Palau, con el libro en torno a él, lo reivindica:
“Yo creo, dijo durante la presentación del libro, que todos ustedes estarán de acuerdo conmigo que hay personas que nos marcan, y una de ellas para mí fue el maestro Gamboa Cantón”.
Teresa rescata dos aspectos de Gamboa
- Al destacado pintor con presencia internacional que fue antes de radicar en San Luis Potosí, y
- Al docente excepcional durante los 15 primeros años de 40 que duró su gestión al frente del Instituto Potosino de Bellas Arte
Algo más, el libro también rememora, con imágenes y testimonios, el quehacer de alumnos de Gamboa, pertenecientes a la generación de ella y posteriores.
Exposición deseable/posible
La oficiosa pintora da motivo para otro encuentro y diálogo posterior con ella. En 2014 se montó en el Centro cultural Caja Real, una exposición retrospectiva o de recuento de su producción durante 50 años. La insuficiencia en promoción y curaduría amerita otro recuento. Es deseable y meritorio que lo haya.
El autorretrato
Su nombre completo: Teresa Palau y Trujillo
Para definir el perfil de mi trabajo tendría que encontrar la respuesta a la pregunta ¿qué es el arte para mí? No sé si tengo la respuesta, pero lo que sí puedo decir es que no lo entiendo como una relación con la historia, con la tradición o con la naturaleza. Tampoco como una forma de comunicación, denuncia, propaganda o devoción y una forma de diálogo social. Creo que, para mí, es una forma de expresión. Cada cuadro es un objeto destinado a la percepción sensible de otras personas, capaz de producir una vivencia, una experiencia o lo que antes se llamaba el goce estético. Con cada cuadro busco un fin sin medios específicos, a través de un proceso creativo y que idealmente puede tener resultados originales, para que se muestre como algo más. Pinto rápido, porque prefiero el caos contra el orden y la imperfección contra la perfección. Lo esencial es expresar aquello que no se puede decir con palabras.
Acerca de su labor docente
Mi trabajo docente excede a mi intento de teorización, porque se configura de muchos aspectos.
- El primero y más importante es una especie de pulsión por saber, conocer y explicar mi visión del mundo a los demás.
- El segundo es un instinto maternal que, ligado con el primero, me induce a proteger, defender, instruir y cuidar a los más jóvenes.
- El tercero, por otra parte, creo que corresponde a una característica de mi personalidad que reconozco como una cierta fascinación por el escenario y el público. ¿Tengo una personalidad histriónica? No lo sé, pero me gusta estar frente a un grupo.
Enseñar es un acto mental-conceptual, emocional y procesual que pertenece al interés de una persona o un grupo social en despejar la incógnita del conocimiento para mejorar la existencia humana, por ello vale la pena. Tiene una trascendencia social y una dimensión político-espiritual que pretende destacar la precariedad y la grandeza humana en un intento de presentar la realidad y del sujeto más allá de su propia vida, de su entorno y su cultura.
Motivos primigenios
No recuerdo cuando empecé a dibujar, pero sí, los dibujos de Gustav Doré que ilustraban mi libro de historia sagrada, los cuales intentaba copiar antes de los seis años, cuando me preparaba para hacer la primera comunión en 1949.
Un día, en los años cincuenta, mi papá me compró un curso por correspondencia de Continental School para aprender a dibujar caricaturas. No me gustó y lo dejé, así que comencé a estudiar con la maestra Amanda Martín del Campo, pero como se trataba de copiar cuadros famosos, tampoco me gustó. Seguía dibujando por mi cuenta y era adolescente cuando quería ingresar al Instituto Potosino de Bellas Artes, pero a mis papás no les gustaba y a un novio de grato recuerdo, tampoco. Un día terminé con él definitivamente, era diciembre y el 2 de enero de 1963 me inscribí en el IPBA.
En cuarentena
La contingencia actual es un hecho de la realidad que pueda ser aceptado como tal solamente cuando se comprende. Sin embargo, en este caso específico, la información proporcionada por la autoridad desafía mi capacidad reflexiva y mi experiencia no me sirve para comprenderla, porque ha sido expuesta de manera tan excesiva y contradictoria que no responde a mis intereses y creo que tampoco a los intereses de la sociedad.
Creo que en mi vida he experimentado lo suficiente para valorar la vida y la salud, por ello destaco su importancia primero. Sin embargo, no encuentro la razón suficiente para aplicar una estrategia que elimina la libertad al encerrar a millones de personas sanas, impedirles trabajar, poner en peligro su estabilidad psicológica, económica y social. No entiendo por qué no se realizan las pruebas y se limita solamente a las personas contagiadas o a quienes los rodean. Personalmente creo que este virus no se va a ir y el ser humano, que ha convivido con una gran cantidad de virus, aprenderá a convivir con éste. Quienes tienen la o deberían tener la solución y la palabra son los científicos, no los políticos, ni sus servidores.
Parece que en este momento todo se vale. Creo que es un anti humanismo que propugna la trastornada libertad de un individuo que apoyan o se callan quienes lo rodean, en contrapunto con la realidad, es para una crónica de la contradicción.
En numerosos programas informativos y de análisis se han examinado los problemas de la contingencia sanitaria y sus consecuencias, donde se plantea si la participación o la responsabilidad del ciudadano es algo incuestionable ante el resultado final. Creo que el mayor beneficio que puede traer esta contingencia es, por una parte, reconocer el valor incuestionable de la libertad y, por otra, la reflexión acerca de la democracia que debe ser comprendida como una forma de gobierno que tiene su base en la responsabilidad y la decisión razonada de los ciudadanos.
Realidad del arte
La cultura, mejor dicho, las actividades culturales pueden tener casi tantas acepciones como artistas, teóricos, críticos, antropólogos, sociólogos o filósofos existen. Creo que confrontarnos con una manifestación artística es un acto personal, una forma de enfrentarnos a nosotros mismos, lo que Freud llamaría la idealización del yo y va más allá de mostrar una imagen o ejecutar una acción. Creo que la esencia del arte puede darse en una relación tan profunda y tan fuerte que podría ser más real que una forma de vivir la realidad.
Estoy de acuerdo en la democratización de la cultura, pero no en su masificación. Además de lo que mencioné antes, creo que la situación actual dejará la idea del arte como realidad del yo individual en el mundo y reflexionamos sobre nosotros mismos, pero también cuando se produce el hecho extraordinario de compartir con otros la emoción que produce la creación artística.