Marcela Loyola
“Me preocupa más el hambre que enfermarme de Coronavirus”, es lo que refiere la mayoría de los vendedores ambulantes que en medio de la emergencia sanitaria por el COVID-19, se suben a los camiones urbanos a realizar sus ventas.
Algunos de los productos que ponen en venta son: papitas, cacahuates, chocolates, paletas de hielo y bolis, así como los espectáculos de payasos y hasta cantantes de rap son los más comunes de ver en el servicio de transporte urbano local.
Los vendedores informales que hacen su venta en los autobuses, se suben sin utilizar las medidas preventivas de sana distancia, no importando que pudieran ser foco de contagio durante ésta pandemia por el COVID-19.
Algunos de los usuarios ven como un riesgo a los vendedores ambulantes que suben a los camiones, puesto que para la población que se mantiene aislada, este tipo de personas puede contagiar a más personas sobre todo porque el estado se encuentra en fase 3.
Los choferes de las unidades del servicio de transporte público local, les permiten el acceso gratuito para que hagan sus ventas, aunque no cuenten con las medidas de sanidad necesarias a pesar de las recomendaciones que se hicieron desde los Servicios Estatales de Salud, a fin de cuidar a la ciudadanía; tampoco acatan las recomendaciones de la Secretaria de Comunicaciones y Transportes.
Al mismo tiempo, cabe señalar que la población en su gran mayoría ya no usa tapabocas, y además se ha incrementado considerablemente el flujo de éstos en las calles, aún y cuando nos encontramos con más de 500 infectados de Coronavirus en San Luis Potosí.
