[Javier Padrón]
El ambiente político se pone a tono con el semáforo rojo de la pandemia.
Un grupo de jóvenes habrían sido convocados desde las redes sociales a manifestarse en la Plaza de Armas por los hechos ocurridos en Jalisco:
“La policía acosa, viola y asesina. NO A LA BRUTALIDAD POLICIAL. PLAZA DE ARMAS VIERNES 5 DE JUNIO 2020 5:00 PM. USO DE CUBREBOCAS OBLIGATORIO #ACAB”.
Y de repente varios jóvenes aparecieron tronando petardos en una patrulla estatal estacionada a unos metros de la Fiscalía General del Estado. De ahí se trasladaron hacia el Congreso del Estado al que se metieron y sacaron objetos para incendiarlos.
La pregunta obvia es: ¿Por qué los dejó llegar la policía? ¿Por qué se esperó a que vandalizaran el Congreso del Estado para actuar?
Los hechos se pudieron prevenir sin violencia pero los altos mandos de las policías estatal y municipal, incluido el fiscal Garza, su sede fue también vandalizada, estaban debidamente informados, no dieron las órdenes pertinentes para montar un operativo disuasivo.
Si se pretendió imitar lo ocurrido en Guadalajara, la protesta por la muerte de un joven albañil en un municipio conurbado hace un mes, casi resultó una calca, solo que en lugar de protestar en el Palacio de Gobierno lo hicieron en el Poder Legislativo.
Los hechos de Guadalajara provocaron un enésimo conflicto entre el gobernador Enrique Alfaro y el Presidente AMLO, a quien se le echó la culpa junto con Morena, sin ninguna prueba.
Es evidente que alguien desde las tenebras quiere generar un escenario de violencia no solo en Jalisco y San Luis Potosí.
¿Aquí a quién se culpará? ¿También al Peje y su 4T?
El gobernador Carreras no ha fijado postura ni ninguna otra autoridad. Hay varias mujeres detenidas de manera arbitraria, que nada tuvieron que ver con los destrozos en edificios públicos.