[Javier Padrón]
En los destrozos del viernes pasado en la Fiscalía General, Congreso del Estado y Palacio de Gobierno, hay gato encerrado y un “mono blanco” libre.
Si usted es dado a la teoría de la conspiración, en lo ocurrido se presentan los elementos necesarios para configurar una trama de esa naturaleza que parece estar en la tercera fase del multicitado “golpe blando” que los politólogos han puesto en boga por la dicotomía chairos-fifís: protestas violentas, ataques a las instituciones y manipulación de la masa harta e ignorante.
Desde el jueves por la noche en las redes sociales se convocó, con un coctel confuso de banderas políticas para atraer a incautos (anti-AMLO, anti-comunistas, anti-fascistas, feministas, orgullo negro, obreristas), a una protesta violenta; unas autoridades estatales omisas, en grado extremo, y un contexto político que tiende a la crispación política a partir de las protestas en Guadalajara y Ciudad de México por el asesinato de Giovanni López por policías de Ixtlahuacán de los Membrillos, Jalisco.
Ya pasaron tres días y no hay una explicación coherente y creíble de los secretarios de Gobierno y Seguridad Pública, Alejandro Leal y Jaime Pineda, sobre las casi dos horas que tardó la policía estatal para actuar, la municipal ni sus luces, desde que la fachada de la mismísima Fiscalía General del Estado fue lapidada y la patrulla soledense incendiada por una turba de jóvenes con petardos, bombas molotov y bates; y se trasladaron sin ningún obstáculo policial hacia la Plaza de Armas, la autoridad les dio vía libre a sus desmanes.
Leal nunca ha sido un buen actor, Pineda menos. Fue una burla el argumento de que hubo prudencia y oportunidad de la fuerza pública para no generar más desorden y violencia; tampoco se ha explicado por qué el principal instigador de la violencia, al que se le puso el alias de “mono blanco” por el color de su playera, tenis y cubrebocas, fue detenido y liberado poco después de que fue llevado al edificio de Seguridad Pública junto con los otros detenidos, nunca se mostró preocupado o nervioso, en el trayecto en la unidad policiaca se tomó “selfies” y al llegar platicaba muy ameno con los policías, su radicalismo se volvió hermandad y se esfumó.
De acuerdo a videos y fotografías este joven, identificado después en una cuenta de Facebook presuntamente como “Sebastián Domínguez”, coordinado al menos con cuatro personas o más, entre ellas una joven, en cuanto cruzó la Plaza de Armas reafirmó su liderazgo violento que mostró en la FGE al lanzar piedras a las ventanas del Palacio de Gobierno que corresponden a la oficina del gobernador Juan Manuel Carreras, quien posiblemente se encontraba presente y Leal Tovías en la suya; ambos conservaron la calma y contaron mucho más de 10 segundos, no consideraron urgente ordenar un operativo para impedir la violencia, la dejaron fluir.
Los presuntos antipejistas se fueron en contra del Congreso del Estado que fue deshonrado con la quema de la bandera nacional y arrastrado a la calle el busto tiznado, con el símbolo anarquista, del patricio Ponciano Arriaga, ideólogo del horacismo.
El gobernador Carreras no ha dicho una sola palabra después del video condenatorio que circuló la medianoche del viernes; el fiscal Garza dice que sigue abierta la investigación, el “mono blanco” no figura en sus pesquisas, oficialmente no hay registro de que haya sido detenido, solo está el video en el que es subido a la patrulla “centinela”.
LE MUEVEN EL TAPETE AL RECTOR
En la UASLP también soplan vientos conspirativos en contra del rector Alejandro Zermeño que apenas se está sentando y que coinciden con la renovación de los directores de facultades, el nuevo Consejo Directivo Universitario sin resabios villaristas.
Alguien le quiere mover el tapete a través del presidente de la FUP, Óscar Patiño, incondicional del funcionario estatal Gerardo Aldaco, denunció al ayuntamiento de Xavier Nava de entrometerse en la UASLP con fines políticos aviesos, ya falta menos para la elección de gobernador.
Lo irónico es que esta conjura se habría gestado en el propio entorno del doctor Zermeño, uno de sus colaboradores le dictó a un obediente Patiño lo que tenía que decir a los medios de comunicación en un tono entre lastimero y amenazante. No parece haber un espíritu de grupo en el gabinete de Zermeño.
En la Facultad del Hábitat, dominio de Anuar Kasis, un grupo de estudiantes, se manifestó en contra del director Daniel Jiménez Anguiano, “tenemos una marioneta como director”, “ya ponte a trabajar”, “alumnos unidos contra la corrupción”.
Se vaticinan escenarios críticos, el estado ya entró a la dinámica nacional de los conflictos políticos y protestas violentas, la UASLP también está en riesgo, ya se escuchan los tambores de guerra de la elección del próximo año, si en el Jalisco de Enrique Alfaro son “los sótanos del poder” los que conspiran, en el San Luis de Carreras se puede afirmar que desde las alturas del poder.