Las protestas raciales en Estados Unidos han alcanzado niveles sin precedentes en el deporte y, con una elección en el horizonte, se antoja complicado que Donald Trump llame “hijos de pu…” a los atletas que se manifiesten, pero ha hallado otra alternativa: no sintonizarlos en acción.
La junta de directivos de la Federación de Futbol estadounidense recién votó por cancelar una norma implementada en 2017, que impedía a sus seleccionados poner una rodilla en el suelo durante la entonación del Himno Nacional, luego de que Megan Rapinoe lo hiciera en apoyo a Colin Kaepernick.
El exluchador Jim Jordan, quien además es miembro de la Cámara de Representantes de EEUU por el Partido Republicano, mostró en redes sociales su desconcierto ante lo anterior y cuestionó: “Déjenme ver si entiendo, ¿La Selección Nacional de Futbol no se pondrá de pie para el himno de los Estados Unidos?”.
Dos días después, el mandatario norteamericano contestó con un dardo redirigido hacia la NFL, que la semana pasada se disculpó por las acciones de censura que tuvo en el pasado hacia a las protestas de los jugadores.
“Y parece que la NFL también va en esa dirección, pero no conmigo viéndola”, respondió Trump, consciente de que el contexto histórico ha invertido los papeles, volviendo más prudente cambiar el canal del televisor que vetar a decenas o centenares de jugadores y entrenadores inconformes.
SUN