[Javier Padrón]
El que desde hace varias semanas anda en una intensa precampaña por tierra y redes sociales, es Enrique Galindo Ceballos.
Recorre la entidad, comparte fotografías con jóvenes indígenas, con eloteros, huapangueros, de platillos huastecos; se va a Washington y presume entrevistas “con los medios más importantes del mundo”, y se regresa en un santiamén para estar de nuevo en los municipios del interior, con su gente.
Ayer estuvo en Tamazunchale, a unas horas de que se desbordara el Río Moctezuma. Se reunió con un grupo de personas en un restaurante, sin cubrebocas y sin guardar la sana distancia.
El anfitrión fue Juan Rubio Trejo, un apasionado militante de Morena de ese municipio, seguidor de Yeidckol Polevnsky, y se ha destacado principalmente por denostar al superdelegado Gabino Morales y al dirigente estatal Sergio Serrano, los ha llamado corruptos, hipócritas y cosas peores, en público y privado.
Rubio, tan purista y con la boca llena de discursos de honestidad y congruencia partidista, es un inquisidor, en su cuenta de Facebook no sube ninguna “selfie” con Galindo, el excomisario de la Policía Federal de Enrique Peña Nieto, el del operativo sangriento de Nochixtlán, Oaxaca, pero sí juega con la posibilidad de verlo como candidato a la gubernatura (de Morena, se entiende) y en mancuerna con una posible candidata a la alcaldía de Tamazunchale, María Crescencia Pérez, impulsada, claro está, por el intachable Rubio.
Galindo, que ahora es empresario de medios, sigue siendo priista. Hace días que fue su cumpleaños fue felicitado por el dirigente Elías Pesina, haciendo hincapié en su militancia tricolor. ¿A qué cargo aspira y por cuál partido? No lo ha dicho aún. Por lo pronto ya estableció un vínculo con uno de los principales operadores de Morena en la Huasteca.
¿JUAN RAMIRO EN OFF?
Empujado más por las especulaciones mediáticas que por su voluntad, Juan Ramiro Robledo Ruiz agarró aire como aspirante a la gubernatura.
Fue suficiente que, en una de las pausas de la pasada reunión de la CONAGO, donde tuvo un breve encuentro de salutación con el Presidente AMLO, para posicionarlo en la carrera sucesoria.
En la imagen que circuló se aprecian además a un risueño gobernador Juan Manuel Carreras, en contraste con el adusto rector Alejandro Zermeño, que mantuvo su distancia en esta escena que se ha cargado de significados políticos.
Luego se soltó la versión, no verificada, de que AMLO y JR se habrían reunido en privado en un pequeño salón de ese elefante marcelista que es el Centro de Convenciones, y se dio como un hecho que el magistrado presidente del Tribunal Administrativo será el candidato de Morena el próximo año. Circula en las redes un video, anónimo y sin audio, en el que vemos a un JR muy cercano a AMLO, la campaña del 2006, en la que ambos perdieron.
LA OLA QUE TRAJO BASURA
La expresión de que el triunfo arrollador de Morena fue una gran ola que trajo hasta basura, usada por Porfirio Muñoz Ledo cuando se registró como aspirante a dirigir el partido para referirse veladamente a sus adversarios, es del propio Presidente AMLO cuando se dio cuenta que el partido se le escapó de las manos.
Morena es un partido muy complicado, cerraron las afiliaciones en el 2017 para que no entrara (más) gente indeseable y son incapaces de organizar unas elecciones internas transparentes y ordenadas, las corrientes están en constante conflicto y no tienen el más mínimo espíritu de cuerpo, el reparto de la nómina exacerbó el divisionismo, lo absurdo es que aún así las encuestas perfilan casi un carro completo.
Muñoz Ledo ha sido despectivo con Gibrán Ramírez, estigmatizado porque su padre perteneció a la “izquierda” del salinismo y Yeidckol Polevnsky, que busca eternizarse; al coordinador Mario Delgado y a Alejandro Rojas Díaz Durán les da un trato comedido. Este último, el que una tarde cubre de insultos al alcalde Xavier Nava y a la mañana siguiente, contrito, le pide disculpas, salió con la tarugada de que al concluir el sexenio el estado de Tabasco debería llamarse ¡Tabasco de López Obrador! Los enemigos más peligrosos están en casa.
Arias Consultores difundió una encuesta de los aspirantes a dirigir Morena y se la lleva de calle Gibrán con el 43.5%, dobla a Delgado y barre a Polevnsky, Muñoz Ledo y Rojas. En San Luis Potosí el joven doctor gana con un 43.8%. Ya se verá que tan confiable resulta este sondeo.
Mientras aquí seguimos sin ver a los dirigentes y legisladores de Morena, a los funcionarios federales, en una acción solidaria hacia las miles de familias potosinas afectadas por la pandemia y la crisis económica.