El mundo no se tomó en serio la declaración de emergencia internacional por el COVID-19 emitida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el pasado 30 de enero, por lo que habría que plantear mecanismos diferentes de alerta ante futuras pandemias, concluyó un informe presentado ante el organismo.
La emergencia internacional por la enfermedad, que entonces aún era denominada coronavirus de Wuhan, “no motivó a los países a poner en marcha medidas de salud pública para el COVID-19”, declaró la doctora Felicity Harvey, quien lidera el Comité Independiente de Asesoramiento del Programa de Emergencias de la OMS.
El informe, que será actualizado en noviembre, concluye que el organismo de salud “ha mostrado liderazgo y ha hecho importantes progresos en la respuesta a la pandemia, teniendo en cuenta la naturaleza nueva del virus y los factores desconocidos que entrañaba”.
Sin embargo, la politización de la pandemia en muchos casos “ha sido un obstáculo material para vencer al virus, y el nivel general de los datos aportados por las redes sanitarias nacionales sobre los casos de COVID-19 necesita mejorar”, señaló Harvey.
La especialista advirtió que por sí misma la OMS “no puede derrotar a este virus” y necesita “el apoyo unificado de los países miembros en las próximas fases de la pandemia”.
Además, advirtió que la organización sufre problemas de financiamiento que impiden una gestión óptima de las emergencias sanitarias, por lo que pidió a los miembros de la OMS que prioricen las necesidades monetarias. “Los menos de 300 millones de dólares al año de presupuesto son demasiado poco para responder y coordinar una respuesta global a la pandemia”, aseguró.
Con información de El Informador.