Javier Padrón
La “fuga” de 7 millones de pesos de la tesorería de Rodrigo Portilla Díaz para un inexistente pago de laudos laborales que se dio a conocer este sábado, tiene al alcalde Xavier Nava Palacios a un paso de quedar fuera de la candidatura panista a la gubernatura.
En la filtración periodística es palpable la intención de exonerar a Portilla y Nava de este grave daño al erario municipal, se pretende culpar a los subordinados, buscan unos chivos expiatorios, ¿dónde quedaron los estrictos controles administrativos?, ¿el Código de Ética?, ¿la honra de los apellidos dignos que presumían saber gobernar de una manera distinta?
El desfalco confirma la falta de honestidad y experiencia del tesorero, muy bravucón en las sesiones de Cabildo con los regidores que discrepan y a la hora de rendir cuentas claras, sale con que “a chuchita la bolsearon”.
Pasa el tiempo y no ha dado una explicación, ni un escueto boletín mareador; el contralor José Mejía Lira tampoco tiene un poco de imaginación para tratar de detener la ola de descrédito que cubre a la administración de Nava que prometió ser pulcra y eficiente; Ricardo Gallardo Juárez debe estar carcajeándose, su sucesor lo superó en mañas.
Es difícil creer la versión de que Rodrigo fue burlado por sus colaboradores, que fue “chamaqueado”, por acción u omisión es responsable del saqueo de las arcas municipales y le salpica a Nava que está desesperado y consulta a los dueños de comunicación que fungen de sus asesores externos para encontrar una salida a esta crisis que está resquebrajando su proyecto de la gubernatura.
Esos 7 millones de pesos bien pudieron desviarse para el “cochinito” del 2021. Rodrigo fue el recolector de recursos desde la campaña a la alcaldía, del pase de charola entre empresarios que aportaron en numerario y en especie montos más allá del tope establecido por el obsequioso CEEPAC horacista.
La operación se repitió en la UAM, los contratistas, proveedores y constructores se han mochado para su campaña electoral que está por comenzar y la mayoría han sido desdeñados por Rodrigo, es una minoría la beneficiada de las transas municipales, hay descontento y reclamos, comienzan a voltear hacia otros aspirantes.
El PAN ya tiene más razones para hacer a un lado a Nava y postular a un candidato propio, no puede postular a un candidato que desapareció 7 millones de pesos de la nada, quizá mucho más, la pus comenzará a salir a pesar de la tapadera de la ASE.
A Nava le queda el impresentable PRD, que le ofreció antes que nadie su registro como candidato a cambio de dinero, cargos y prebendas que se comprometió a entregarles el tesorero Portilla, quien por decoro debería estar presentando su renuncia a la brevedad, ya empinó a su jefe Nava.