Javier Padrón
La falta de pago de los salarios, prestaciones y aguinaldos a una centena de trabajadores del Hospital Central, generó este martes una protesta de unas ocho horas que colapsó vialidades primarias y el bloqueo del Distribuidor Juárez; hubo mucha molestia de los afectados con la manifestación y riesgos de violencia, un conductor amenazó con un bate a una trabajadora que se mantuvo firme y lo disuadió.
Fue un día de furia, de corajes y mentadas de madre al por mayor, también se manifestaron tianguistas en la Alameda y taxistas de Antorcha Popular desde la FENAPO hasta Palacio de Gobierno, se perdieron muchas horas-trabajo. Alejandro “Caco” Leal estaba a cargo, es un decir, del despacho mientras Juan Manuel Carreras asistía al reconocimiento de Santa María del Río como “Pueblo Mágico”, programa que la enjundiosa 4T iba a desaparecer por inútil y tranza, pero después se echaron para atrás.
Cuando Leal se dio cuenta del error de dejar crecer los problemas, desde anoche supo de la protesta, se presentó en el Distribuidor Juárez junto con el secretario de Finanzas, Daniel Pedroza y Francisco Alcocer Gouyonnet, director del Hospital Central, para dialogar con los trabajadores, le echaron toda la culpa al gobierno federal, al INSABI, y se logró un acuerdo con la promesa del pronto pago.
Leal fue pródigo en excusas del incumplimiento en el pago de las quincenas: falta de liquidez, gastos extraordinarios y retraso en la entrega de recursos federales; el doctor Alcocer, a los trabajadores que lo encararon, les pidió con candidez una lista con los nombres de los afectados para revisar las irregularidades de cada caso, como si su área administrativa no tuviera los datos, la misma que no le advirtió de la compra de medicamentos a empresas fantasma.
En las lonas que portaban los trabajadores se leían consignas contra Carreras, Alcocer y la secretaria de Salud, Mónica Rangel, la omisión en el pago de las cuotas del IMSS e INFONAVIT, la promoción política de la doctora Rangel que se destapó para la gubernatura y se regalan a su nombre cientos de kits anti-Covid-19. El personal que se quedó a laborar en el Hospital Central se manifestó con hojas pegadas en sus espaldas: “Estoy trabajando sin pago en pandemia, sin pago a INFONAVIT sin aguinaldo con exceso de trabajo”, “Área Covid trabajando sin salario”.
El activismo político de la doctora Rangel sin dejar el cargo, denunciada por presunta corrupción, coludida con el “Og Mandino” potosino (Gabriel Salazar Soto) y con la pandemia fuera de control, es una muestra del cinismo alcanzado en esta administración, deben estar muy confiados en que cualquiera que llegue a la gubernatura, sea de Morena o del PAN, le va a echar tierra a las denuncias y no pasará nada. El amigo Gabo, al que negó conocer la doctora Rangel a pesar de la facturación millonaria a su favor, recolectó firmas este martes como aspirante a diputado “independiente” en la colonia Imperio Azteca y las Terceras, este es el ambiente disipado del final del sexenio carrerista.
JR CON EL ENEMIGO
Reverenciado como un gran jurista y político sin mancha, Juan Ramiro Robledo no proyecta una imagen de candidato ganador, sino la de un maestro dando una clase de derecho administrativo. Sus asesores, si los tuviera, lo están engañando, las bases morenistas necesitan un caudillo, críticas al neoliberalismo y a la corrupción prianista, abordar la realidad local de manera directa, su discurso terso no encaja con la franqueza morenista; en este terreno de criticar sin rodeos a Carreras, a Peña y Calderón, el vallense Adrián Esper le lleva la delantera.
Se puede ver como otro error de JR el haberse reunido este martes y hacerlo público, con el notario Eduardo Martínez Benavente: “Dialogando con Guacho sobre la propuesta de un Proyecto distinto de Nación”, posteó en su cuenta de Twitter; fueron compañeros como bancada del PRD en la primera legislatura del sexenio marcelista, ahora Benavente es un ferviente promotor de Xavier Nava para la gubernatura, al que solo le criticó, para guardar las formas, su millonario gasto como alcalde en medios de comunicación, ni una palabra sobre el servilismo con los especuladores del suelo urbano.