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Mesa Revuelta/Gabino y Leonel, la desesperanza

Javier Padrón

El “superdelegado” Gabino Morales está muy metido en el proceso electoral, sus promesas de que se mantendría al margen no las ha cumplido, desde sus redes sociales hace escarnio e insulta a los opositores; defendió la convocatoria de Morena para elegir al candidato a gobernador, se coordina con el líder nacional Mario Delgado y hace la chamba del dirigente Sergio Serrano, y lo más grave: puso la estructura de los programas sociales a disposición del precandidato Leonel Serrato, excoordinador metropolitano de la Secretaría del Bienestar.

Este uso clientelar de los programas sociales pone en peligro la legalidad del proceso electoral, Morales le está dando armas a la oposición para exigir la nulidad del resultado ante una eventual victoria de Morena con un fraude electoral; la oposición está preparada para un conflicto poselectoral en la mejor tradición navista, atraer a la prensa nacional y denunciar al Presidente AMLO como un tirano que violenta la dignidad potosina.

En octubre pasado el precandidato José Antonio Lorca presentó una denuncia contra Serrato en la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE), por utilizar el padrón de los programas sociales y reunirse con los beneficiarios para pedirles que lo respalden como candidato, les ofrece la continuación de los apoyos del gobierno de la 4T.

Lorca le dio el trato de delincuente electoral y señaló que coacciona y engaña a la gente necesitada, recorre la entidad con la red “Defensores de la Patria”, tiene ecos de su altísima serenísima Antonio López de Santa Anna, y está integrada por los empleados federales conocidos como “Servidores de la Nación”, el fedatario no pudo ser más obvio.

Leonel dio a conocer este miércoles su proyecto de gobierno, un nuevo modelo policial, su red patriótica como una asociación civil que tiene representación en los 58 municipios, en los 15 distritos locales y siete federales; ninguno de los otros aspirantes ha presumido tener una estructura como esa y se asumió como el único merecedor de la candidatura, nadie le hace sombra, todos tienen defectos, menos él.

La denuncia de Lorca no fue tema de la conferencia de prensa, si ya fue notificado tanto él como el “superdelegado”; Leonel estuvo flanqueado por sus principales colaboradores, Kevin Aguilar, brazo derecho de Gabino y también sancionado por la Comisión de Honor y Justicia de Morena por violencia de género; y los diputados Edson Quintanar y Angélica Mendoza, de lo más selecto de Morena, unos franciscanos de la austeridad republicana.

Leonel va muy de prisa, quiere dar un salto mortal, no ha sido ni regidor, su paso por la función pública ha sido fugaz y errático, como funcionario menor del torancismo solo daba notas periodísticas con chascarrillos y autoelogios por su forma de vestir, banalidades, nunca se supo con veracidad en qué consistía su trabajo.

Renunció casi de manera sincronizada con su amigo Juan José Rodríguez, el coordinador de asesores; por recomendación de Horacio Sánchez ambos formaron parte del equipo de campaña del doctor Toranzo y ya sentado en el ala norte de Palacio de Gobierno, les demostró su desprecio y nunca les dio una audiencia. Pensaron que cualquiera de los dos sería designado secretario general de Gobierno, la decepción fue enorme y con el tiempo se volvieron acérrimos críticos de su expatrón.

La candidatura de Leonel a la alcaldía capitalina fue un desastre y al final promovió el voto por la derecha, representada por Xavier Nava, y por ayudar a cerrarle el paso a la gallardía se le compensó con la coordinación metropolitana de la Secretaría del Bienestar, donde no duró más de dos años, mantuvo un bajo perfil, se integró fácil a la epicúrea burbuja de Gabino y los Arreola (los que hacen la chamba del control clientelar por su experiencia en alquimia priista).

Destacó por el video donde calla de manera soez a una adulta mayor que estaba formada con muchos más en espera de recibir los apoyos económicos; y antes fue noticia nacional como #LordVagina, la CONAPRED lo sancionó, le pidió disculpas a la exdiputada priista Rebeca Terán, pero mantiene su dicho de que es “una ratera”, y nadie se lo discute.

Cuando estuvo cerca de ocupar, por orden de prelación, una curul por el Nava Partido Político, fue bloqueado por Manuel Nava con un títere para no hacer más evidente la claudicación del movimiento civilista ante el oro del gobernador Horacio Sánchez, quien repartió cargos públicos y prebendas a los navistas agarrados de las tripas. Luego vino el regalo de la notaría pública y se alejó de su tutor Eduardo Martínez Benavente. Horacio también fue generoso con otros miembros de la familia de Leonel y muchos otros navistas que estuvieron cerca del doctor Salvador Nava, la dignidad sí tenía un precio. Entonces, la priista Yolanda Eugenia González se quejó de la exclusión del PRI para dar cabida a tanto navista: “Ganamos las elecciones pero perdimos el gobierno”.

No sorprende que Leonel pretenda ser gobernador lucrando con los programas sociales de la 4T, al viejo estilo priista como lo denunció Lorca; y el operador principal desde el gobierno federal sea el “superdelegado” Gabino, la “Esperanza de México” que vemos está muy desfigurada.

LA BROMA DE ELÍAS

El empresario Elías Dip Ramé, que en la elección presidencial del 2006 fue un ferviente pejista y ante las derrotas consecutivas del tabasqueño mejor se regresó al redil priista, los negocios requieren de relaciones políticas, reapareció sin ningún oportunismo como precandidato a la gubernatura por Morena: “Con Elías hay futuro”. ¿Quién se lo toma en serio? Se le considera pionero del Metrobús que nunca vamos a tener.

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