Javier Padrón
El CEN del PRI emitió la convocatoria para elegir a su candidato o candidata a la gubernatura potosina el 8 de enero; los aspirantes tendrán apenas un día para hacer campaña y el método será el de la asamblea de delegadas y delegados que legitimará una decisión cupular, como en los viejos tiempos.
El 50 por ciento de los que voten en la asamblea son las y los consejeros políticos, encabezados por el gobernador Juan Manuel Carreras, y representantes de la CTM, CNOP y CNC; el otro 50 por ciento, para aparentar que las bases son tomadas en cuenta, provendrá de asambleas electorales territoriales.
No hay una verdadera competencia interna, se trata de un mero formulismo que se debe cumplir, el que resulte candidato del PRI a la gubernatura en los hechos será sacrificado, si todo sale como está previsto, por el que postule el PAN en la coalición registrada y en la que vienen de cola el PRD y Conciencia Popular.
El PRI tiene todo planchado, no hay voces disidentes, nadie se atreve a cuestionar al primer priista de la entidad, el desempeño de su gobierno ni a la coalición derechista que niega la historia del partido, porque saldrán ganando al participar en un papel secundario, las encuestas no pueden ser más desfavorables y la coalición será oxígeno puro que le podría garantizar el registro.
De los consejeros nacionales, además de Carreras, están el líder estatal Elías Pesina Rodríguez, Marco Antonio Saldaña Torres, representante de los 58 comités municipales, la diputada federal Frinne Azuara Yarzabal, los diputados locales Héctor Mauricio Ramírez y María del Rosario Sánchez, y el alcalde de Huehetlán José Antonio Olivares, representante de los alcaldes priistas en el estado.
Los dirigentes de los sectores obrero, Emilio de Jesús Ramírez; campesino, Gerardo Limón y popular, Mauricio Castañón; de las organizaciones Mujeres Priistas, Movimiento Territorial, Unidad Revolucionaria y Fundación Colosio, Bernarda Reyes, Martha Orta, Rebeca Terán, Jorge Luis Pérez, Yessica Gamboa y María Isabel Merlo; y solo faltaría que se realicen las asambleas para elegir a los representantes territoriales, trámite menor.
Los aspirantes del PRI a la gubernatura más sonados son: Joel Ramírez Díaz, Luis Mahbub, Enrique Galindo, Mónica Rangel, Gustavo Puente Orozco, Sara Rocha y Marianela Villanueva, podría haber algunas sorpresas sin mayor relevancia, ninguno alcanza a superar a los precandidatos punteros de Morena y el PAN.
Para encabezar la coalición “Sí, por San Luis Potosí”, el mejor “posicionado” de los priistas es el titular de la SEGE, aparece en un tercer lugar en una reciente encuesta de “Massive Caller” (de corte panista y dudosa seriedad), esta empresa al igual que los sondeos de Global Media ponen con marcada obsesión en primer lugar al alcalde con licencia Xavier Nava y en segundo a Octavio Pedroza. Nava o el fin del mundo.
¿Estará dispuesto Ramírez Díaz a prestarse a este juego de comparsas? Ya se mueve al igual que Enrique Galindo y la secretaria de Salud, Mónica Rangel. El que está muy quieto es el secretario de Desarrollo Económico, Puente Orozco, le atribuyen mil cualidades, de trato afable y es el más cumplidor del gabinete carrerista aseguran sus promotores; representa a un sector de las élites económicas, es cuñado de Nava Palacios.
De lo perdido, lo hallado, dice el axioma jurídico: lo que le interesa realmente al PRI es la alcaldía capitalina, si es que se acordó a cambio de aceptar sin reservas que sea el PAN el que ponga al candidato a la gubernatura como así será. Están apuntados para la alcaldía Puente, Mahbub y Galindo, en ese orden.