Javier Padrón
Enrique Galindo Ceballos ha sabido reinventarse después de su paso como comisionado de la Policía Federal en el gobierno de Enrique Peña Nieto, fue cesado en 2016 por el desastroso operativo que encabezó en el pueblo mixteco de Nochixtlán, Oaxaca, donde maestros de la CNTE bloquearon una carretera en protesta por la reforma educativa.
El saldo fue de ocho muertos y cien heridos. Hubo explicaciones, excusas, de nada sirvieron porque antes, en 2015, ocurrió el caso de Tanhuato, Michoacán, sus elementos asesinaron a 22 personas desarmadas, luego de un enfrentamiento con integrantes del Cártel de Jalisco Nueva Generación; quizá este caso fue más grave y Nochixtlán fue la gota que derramó el vaso.
La CNDH y organizaciones internacionales se enfocaron en Galindo, y Peña Nieto estaba muy preocupado que su gobierno fuera visto dentro y fuera del país como violador contumaz de los derechos humanos, represor y asesino. Se le despidió con el argumento de que se facilitarían las investigaciones, esas fueron las palabras del entonces secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, el jefe real de Galindo y su camarilla.
Antes de su cese, Osorio lo impulsó en el 2015 como precandidato del PRI para suceder al doctor Fernando Toranzo (de quien fue jefe policiaco y terminaron enemistados; antes fue titular de la DGSPM del panista Octavio Pedroza). No pidió licencia de la PF mientras competía con una larga lista de aspirantes a la gubernatura (tan numerosa como la que tiene Morena ahora): Elías Dip Ramé, Mario García, Yolanda González, Luis Mahbub, José Ramón Martel, Fernando Pérez Espinoza, Jesús Ramírez, Salomón Rosas, Juan Carlos Valladares y Juan Manuel Carreras, quien fue el nominado cuando, por una lectura equivocada, no le daban muchas posibilidades por su pasado calderonista.
En el 2018, reapareció como aspirante a candidato a senador, también como carta de Osorio Chong. En el último minuto, cuando se alistaba a registrarse, recibió una llamada que lo disuadió y se fue a su casa cabizbajo, con el coraje contenido, el favorecido fue el empresario Luis Antonio Mahbub, quien perdió por una serie de errores de novato y sobre todo por el declive del PRI. El destino le evitó ese sinsabor a Galindo.
Ya en el gobierno de la 4T, Galindo comenzó a aparecer en la portada de “Reforma” con titulares como este: “Hallan en PF un cochinero”, en referencia a compras millonarias, desvíos, tráfico de plazas, aviadores y otras irregularidades durante su gestión, y se mencionaba a los excolaboradores involucrados en tales hechos.
Habrá hecho ya las aclaraciones pertinentes, solventado las observaciones de gastos millonarios no comprobados; tampoco parece tener pendientes por Tanhuato ni Nochixtlán, o tiene mucha suerte o un pacto con el diablo, porque se mueve con soltura como empresario de medios y aspirante a la gubernatura y/o alcaldía capitalina o lo que resulte; promete hacer todo lo que no pudo o no quiso cuando fue jefe policiaco en su terruño.
EL “MOMENTO” QUE YA FUE
Primero adquirió una franquicia de la agencia de noticias Quadratín y lo apadrinó el columnista Rafael Cardona, exhibido como uno de los “chayoteros” millonarios del peñismo; y Quadratín San Luis comenzó a laborar con envidiables contratos publicitarios del sector público, nadie le dijo que no, sus relaciones políticas le abren puertas y el erario; mientras a otros medios, nuevos o con años en circulación, se les niegan con mil argucias.
Este viernes presentó ante la clase política otro medio de su propiedad, adquirió el viejo periódico “Momento”, desaparecido hace décadas y con una historia bajo sospecha: el gobernador Jonguitud lo habría comprado con dinero público y luego lo vendió como si fuera suyo a Miguel Valladares García. Circular un diario parece una locura en esta era digital, los periódicos impresos van en franca retirada y resulta un error resucitar a un periódico que tuvo influencia solo en la zona Altiplano y las nuevas generaciones desconocen, habría sido mejor un periódico nuevo y con otro nombre.
La inversión es de alto riesgo para cualquier empresario, no para Galindo que parece tener una fortuna inagotable y en la bolsa los ansiados contratos publicitarios del sector público; sí es evidente que no quiso contratar a un diseñador para que le hiciera al menos un nuevo cabezal.
HEREJES CONTRA LA 4T
No es ninguna novedad que el vocero del Arzobispado, Juan Jesús Priego Rivera, está en contra del Presidente AMLO y su 4T, a los que ve como encarnaciones del mal, lo dice en privado y público, en el púlpito deja entrever que el país va rumbo al desastre.
En la conferencia semanal se olvidó de las restricciones que tienen los ministros religiosos para entrometerse en asuntos político-partidistas y se mostró a favor de la coalición derechista para que Morena deje de concentrar tanto poder en la Cámara de Diputados.
Ante las reacciones en contra y el amago de ser denunciado por Morena, falso guardián de la laicidad, ante la Secretaría de Gobernación, adujo que sus declaraciones fueron sacadas de contexto por los medios de comunicación, que no dijo lo que le atribuyen, habló de buscar un equilibrio ante la concentración de poder del partido gobernante, nada más.
El clero mexicano no es uniforme, así como Priego echa pestes de Morena y extraña al PRIAN, hay otros sacerdotes que respaldan en público las políticas de AMLO a favor de los pobres; si denuncian al vocero del arzobispo Jesús Carlos Cabrero no pasará nada, la exministra Olga Sánchez es un alma de Dios.