Javier Padrón
La visita del Presidente AMLO este fin de semana ha generado más expectación que todas las anteriores, las razones sobran y el ambiente nunca había estado tan tenso como ahora.
No solo es el proceso electoral en ciernes, con la derecha a punto de dividirse por el apetito de poder de Xavier Nava, lo que favorecería a Morena y en cuya elección interna compite el gobernador Carreras con la secretaria de Salud de licencia en la etapa más trágica de la pandemia; y la alianza con el gallardismo en las diputaciones federales; sino también por la disputa de la Sierra de San Miguelito y hasta el grave daño patrimonial a las finanzas estatales que causó el compadrazgo Carreras-Valle en la compra de los terrenos para la fallida planta de la Ford.
El tema de la Ford ha resurgido con el anuncio de Tatiana Clouthier, secretaria de Economía, de que la compañía gringa cierra una planta en Brasil y se podría retomar el proyecto de la armadora en Villa de Reyes; el presidente de la COPARMEX, Julio César Galindo, alimentaba esa idea tras el arribo de Joe Biden al gobierno de EUA; pero hace unos días había urgencia oficial de vender los terrenos con el coyotaje de los diputados Mauricio Ramírez y Ricardo Villarreal, como lo insinuó en un video el discreto diputado Edgardo Hernández para tapar las movidas chuecas.
De antología fue jalón de orejas de la SEMARNAT a Nava y Lujambio por su intento de madruguete en la aprobación de los planes de desarrollo urbano y reordenamiento territorial e ignorar la legislación federal y el trámite de la ANP, al ponerse al servicio de los especuladores del suelo urbano. La molestia de Carlos López Medina y sus socios fue mayor cuando la morenista Paloma Aguilar inició su precampaña en la Cañada del Lobo con un discurso en contra del desarrollo inmobiliario.
Esta defensa de Paloma del ecosistema de la ciudad se leyó como la política presidencial por aplicarse, que tampoco es una novedad y sólo se reitera; la cúpula del sector privado se enchiló más, su atávica costumbre de mandar se ve amenazada por un grupo de jodidos que no tienen ningún derecho de poner en riesgo sus inversiones, más de saliva que de capital; los comuneros que están de acuerdo en aportar sus tierras a estos hombres visionarios seguirán siendo pobres, dilapidan su valioso patrimonio que también es de la ciudad.
De todo eso y más está enterado AMLO. No viene a ciegas. Con regularidad recibe reportes de la actuación de los actores políticos y sociales potosinos. Lo que trasciende a cuentagotas, es la reunión de Leonel Serrato, defensor de la patria, con Carlos López, en la que también se dice estuvo Juan Carlos Valladares, otro de los socios del proyecto inmobiliario de Las Cañadas. Serrato no debe ser un recadero de AMLO con el dueño del club La Loma, más bien lo es del exgobernador Horacio Sánchez. En Morena nadie le pide una explicación de qué lado está.
Nadie desea que la crispación de la que tanto se habla en los medios, se manifieste en la gira presidencial. Los fraccionadores podrían movilizar a los comuneros para hacer patente su exigencia que ellos quieren vender sus tierras. Algunos son violentos, mandaron al hospital, con lesiones graves, al activista Carlos Covarrubias y el caso sigue impune, el fiscal Federico Garza se puede justificar, no encuentra la carpeta de investigación.
AMLO CON GALLARDÍA
El grupo de choque navista que se siente muy agraviado por los últimos acontecimientos, puede aparecer disfrazado con arengas morenistas en la inauguración del Cuartel de la Guardia Nacional en Soledad. Será un acto político con mucho simbolismo, más si asiste como invitado especial el diputado Ricardo Gallardo, al que algunas encuestas posicionan en la sucesión estatal y el Peje lo necesita para derrotar a los “fifís” en los distritos federales, será el paroxismo de los columnistas.
Ya se sabe que Carreras no pierde la sonrisa y cordialidad en la peor de las situaciones posibles y su distanciamiento con quienes le ayudaron a ganar la gubernatura, se formalizó cuando no invitó a Gallardo a la apertura de la planta de la BMW en Villa de Reyes, municipio que está dentro de su distrito, le cedió los reflectores al alcalde Nava, entonces su delfín preferido.
LAS ÍNFULAS DE MAHBUB
A sabiendas de que el PRI va en un plan de segundón en la coalición Sí por San Luis Potosí, el empresario Luis Mahbub, aspirante ciudadano a la candidatura del PRI a la gubernatura, está recibiendo una cobertura mediática especial, como si fuera capaz de desplazar al panista Octavio Pedroza de la coalición opositora. Anda muy movido. Se reunió con el expresidente de la COPARMEX, Gustavo de Hoyos y luego con Alejandro Moreno, dirigente del PRI. Alardea de que el PRI está unido y fuerte para pelear por la gubernatura con la etiqueta “!#GrandesCosasEstánPorVenir”. Si la candidatura al gobierno es de Pedroza, y dice que no le interesa la alcaldía, ¿qué es lo que quiere?