Tal vez bloquee el paso, pero no el reclamo ni la protesta. Colectivas feministas y madres de mujeres asesinadas y víctimas de la violencia en el país llegaron anoche a esa barrera impenetrable instalada el viernes en Palacio Nacional y transformaron ese “muro de paz” del gobierno federal en un memorial para exigir justicia.
Mujeres, organizadas a través de las redes sociales, colocaron pintas en esa “pared” que marca un perímetro con el poder central para exigir fin a la violencia feminicida y justicia para quienes han sido asesinadas por el odio machista.
“Víctimas de Feminicidio”, se lee en letras grandes escritas en el muro. Aparecen escritos los nombres de las mujeres que han asesinado en el país reclamando esa justicia que aún no llega.
Horas antes, familias, mujeres solas o acompañadas y parejas caminaban asombrados al lado de Palacio Nacional, a algunos les causó asombro ver al recinto histórico con un muro metálico, se detuvieron a tomar fotos, verlo así causa división entre las opiniones de las habitantes de la Ciudad de México..
“Es una medida muy drástica, no sé qué tanto miedo tenga el gobierno a las mujeres para poner tanta protección, si tan sólo pusiera la misma protección a todos los problemas que nos aquejan, no tendrían que llegar a estos extremos”, señala Estefania, quien pasea en su bicicleta la tarde del sábado.
EL UNIVERSAL recorre la plancha del Zócalo y entrevista a las mujeres que pasaban por la zona, mismas que, atraídas por el muro y con la esperanza de conseguir una foto, se acercan, lo observan, lo capturan con sus celulares, comentan entre ellas y sus familiares, aprueban o reprueban la decisión, pero hay quienes prefieren no opinar.
Karen camina a un costado de Palacio, asombrada por la cantidad de metal que instalaron, pero opina que es una buena acción la que tomó el gobierno federal para proteger lo que, menciona, “es patrimonio cultural de todos los ciudadanos”.
Rebeca, quien venía con Karen, asiente con la cabeza mientras ella comparte su punto de vista y agrega que si bien es cierto que en pleno siglo XXI aún el machismo está presente en los aspectos de la sociedad, no se vale que se exija que se combata la violencia con más violencia.
María, quien observaba y tomaba fotos del recinto, a un costado del asta bandera, se pregunta: “¿Cuándo se había visto que algún gobierno le temiera tanto a una protesta feminista? ¿Cuándo el gobierno cuidó más a un monumento que a las mujeres? No creo que sea una medida justa, esto sólo se veía cuando Peña Nieto protegió sus reformas, ¡vaya! Esto sólo ocurre cuando hay inconformidad con el gobierno y creo que esto es lo que está pasando”.
Sin embargo, los capitalinos no sólo tuvieron que convivir este fin de semana con el “muro de la paz”; otras vallas y barreras resguardan los monumentos, edificios y comercios del primer cuadro ante la marcha del 8M.
Aunque los trabajos continuaban para terminar de amurallar desde avenida Juárez hacia el Zócalo, los visitantes lograron sortear las vallas para continuar su peregrinar por las calles. Incluso en un restaurante —ya bloqueado en ventanas y accesos—, los comensales tuvieron que degustar de un plato de mariscos o una cerveza rodeados por metales. “Está bien que desde ahora los pongan, no sabemos qué suceda el lunes”, refiere uno de ellos.
Con información de Nación