Javier Padrón
Cuando el viernes 30 de julio se instaló la “Comisión de Entrega-Recepción de la Administración Pública”, el gobernador Juan Manuel Carreras impuso su estilo personal, la diplomacia, ese viejo arte de la seducción que se vale del engaño; la sonrisa permanente, apretones de manos y abrazos, y le prometió a su sucesor Ricardo Gallardo de que todo se realizaría conforme a la ley.
Dos semanas después, el escenario es distinto, la transición afelpada se empieza agrietar, la palabra de Carreras se desvaneció: el gobernador electo no se contuvo y rompió lanzas con la Secretaría de Desarrollo Urbano, Vivienda y Obras Públicas y la Secretaría de Salud, “ya se van en siete semanas” y se resisten a entregar la documentación, habló de “despilfarros”, desfalcos” y concluyó retador: “No seremos tapaderas de nadie”.
El titular de la Seduvop Leopoldo Stevens debe estar preocupado, manejó la dependencia como si fuera su empresa privada, saldrán a relucir los negocios, los sobreprecios, las obras defectuosas como la rehabilitación de las calles del Centro Histórico y la avenida Carranza con licitaciones simuladas, por mencionar algunas.
Carreras superó la paciencia de Job al mantenerlo todo el sexenio a pesar de las afectaciones a su propia imagen, por la falta de obras será recordado con el paso del tiempo por su desidia y liviandad.
Como Stevens representa a la mafia de los constructores que financiaron su campaña, Carreras dejó que se cobrara el apoyo sin límites, como si fuera un bono de marcha con descaro se le adjudicó a través de sus hijos las dos obras que el alcalde Xavier Nava pretendía presumir como candidato a gobernador.
En el caso de la renuencia de la Secretaría de Salud a entregar la documentación en tiempo y forma, el doctor Lutzow rompió con su antecesora Mónica Rangel, pero tiene la instrucción de protegerla y obstaculizar los trabajos del equipo de Gallardo, no dejar más vestigios de los que ya son públicos y se convirtieron en denuncias ante la Fiscalía General del Estado. En este gobierno el presupuesto de Salud y en plena pandemia fue a dar a unas cuantas manos.
EL OCASO CARRERISTA
No se subestima la inteligencia de Carreras, se hace patente su perfidia, está abierta la posibilidad de que el Presidente AMLO lo incorpore a su gabinete o lo envié a un cargo diplomático.
Puede haber una ruptura cuando Gallardo esté en Palacio de Gobierno con los hilos del poder en la mano, pero Carreras no caerá sin una red protectora como le sucedió a Fernando Silva Nieto cuando le entregó el mando al panista Marcelo de los Santos, varios de sus colaboradores fueron encarcelados en La Pila, él mismo fue amenazado con cárcel, el PRI no estaba en Los Pinos.
Este viernes Carreras entrega su sexto y último informe. La ciudadanía ya lo juzgó el 6 de junio; y los empresarios no lo dicen en voz alta, pero están muy decepcionados, esperaban más de él, lo refieren con adjetivos calificativos que esta mesa no puede repetir por pudor.
LOS INSACIABLES DEL CONGRESO
¿Hay una diferencia entre Eugenio Govea y Óscar Vera? No parece haberla, los une su ambición por seguir cobrando en el Congreso del Estado sin promover una sola iniciativa memorable. Vera es el tribuno decano, lo echaron del PRI y creó su partido familiar, es socarrón y de refranes, se puede conversar con él, y si no le dan la diputación que está peleando, seguirá en la nómina como asesor de su compañera diputada María Elena Ramírez.
Govea es el segundo decano, va por su quinta diputación, de trato difícil, se cree una esfinge, se da un aire de superioridad que lo aísla. Cuando era senador, el notario Guacho Benavente lo hizo trizas al declarar que era un mediocre bueno para nada, que presidía la insulsa comisión de bibliotecas. Govea estuvo a punto de retarlo a golpes.
Este jueves convocó a una conferencia de prensa en la que no quedó claro cuál era la postura o tema que quería fijar, no hubo noticia, en su curriculum presume una maestría en comunicación política por la George Washington University (de la orden jesuita). Dijo que aún no sabe si buscará reelegirse en la dirigencia de Movimiento Ciudadano, y a falta de ideas, propuso que a los vacunados contra el Covid-19 no se les cobrara la licencia de conducir, cuando Gallardo ya dijo que serán gratis y sin ninguna condición.