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Esta es la razón del gran éxito de los dramas coreanos

A unos cuantos kilómetros está el restaurante Undukjib ‘Danbam’, decorado con el poster oficial de la serie. Por las calles del barrio Itaewon, su protagonista Park Seo-joon se asoma en los diversos anuncios que decoran los restaurantes, cafeterías y hasta la tienda de conveniencia de la zona. La gente se detiene y se vuelve a formar para capturar una foto y comprobar que estuvo en el mismo lugar donde se grabó el popular K-drama.

Este no es el único lugar en el que los visitantes hacen fila. Del otro lado de Seúl, en la provincia de Gangwon, está la playa de Jumunjin. Aquí se grabó Goblin (2016) y se ha convertido en un gran atractivo turístico para la región. La gente espera durante 30 minutos para poder tomarse una fotografía y recrear una de las escenas más emblemáticas de este drama surcoreano.

Jumunjin, como Itaewon, forma parte de los espacios reconocidos y promovidos por el gobierno coreano, principalmente en regiones donde se graban los dramas de época como el éxito de Netflix Kingdom, o la famosa Nami Island, por el turismo que sigue atrayendo a la región desde que en 2002 se estrenó Sonata de invierno. Ese año, la isla pasó de tener 270,000 visitantes a 650,000. Y el efecto siguió multiplicándose. Una década después, el número de turistas fue de 2.3 millones, de acuerdo a los datos de Visit Korea.

“El K-pop y los K-dramas son una forma para que los extranjeros conozcan Corea. Estoy de acuerdo en que los extranjeros comiencen a conocer mi país de esta manera, porque después se animan a viajar y llegan a nosotros para conocer estos lugares”, dice Amy Bae, directora general de la agencia de viajes Korean Travel Easy. Bae señala que, desde 2019, el interés por estos lugares aumentó. Ese año obtuvo 900 reservas de extranjeros solo para el Seoul Gwanghwamun music festival 2019, un popular festival de K-pop. Hoy, su plataforma de reserva turística trabaja con el gobierno para hacer recorridos virtuales de locaciones de K-dramas y espacios turísticos debido a la pandemia.

En 2019, los dramas coreanos atrajeron más de 1.1 millones de fanáticos de los K-dramas y la cultura coreana, lo que representó un 7.4% del turismo extranjero entrante al país, de acuerdo a datos de la Organización de Turismo de Corea del Sur (KTO, en su versión en inglés). Estos visitantes hicieron un gasto promedio de cerca de 1,700 dólares por persona.

“La exportación de dramas coreanos está aumentando cada año, y está tomando la mayor parte de las ventas al exterior de programas de televisión coreanos, representando entre 70 y 90% de la cantidad total, principalmente a países como Estados Unidos, China, Japón, Hong Kong, Vietnam y Tailandia”.

ANATOMÍA DE UN K-DRAMA
Los dramas coreanos, también conocidos como K-dramas -y erróneamente identificados como ‘doramas’, el término utilizado para las telenovelas japonesas- son un producto cultural pionero del hallyu (ola coreana).

“La ola coreana fue adoptada por el gobierno de Corea, que buscó desde su gestación fortalecer y posicionar la imagen del país y con ello abrir mercados. En un inició no sólo se pensó en el K-pop, sino que cada género creó su propia personalidad, como los K-dramas”, apunta Young Doo Park, director del Centro Cultural Coreano en México.

Los K-dramas no son telenovelas, sino series de televisión de entre 16 a 25 capítulos, productos de entretenimiento que tienen como base contar historias románticas, de ficción, thrillers, horror, históricas y más. Se popularizaron en la década de los años 90, convirtiéndose en el segundo producto, después del K-pop, más exportado de la ola coreana.

“Los dramas coreanos recrean, y en cierta medida también transforman, los valores y emociones de la sociedad coreana, representando su realidad, su identidad y sus deseos. Un elemento en común en la mayoría de ellos es la inclusión del melodrama, algo representado por el concepto del han coreano, un sentimiento colectivo en el que confluyen sentimientos de tristeza, resentimiento, venganza y melancolía”, asegura el crítico y especialista en Asia Jorge Grajales.

OTT: DE UN MERCADO LOCAL A UN MERCADO GLOBAL

Gracias a plataformas streaming como Viki.com y Netflix, los K-dramas están al alcance de todos. Pero la historia inició de otra manera.

En 2002 México emitió sus primeros dramas coreanos. Fue una prueba de intercambio entre la embajada de Corea en México y Televisión Mexiquense, con la transmisión de Todo sobre Eva. Después, llegaron títulos como Sonata de Invierno, Una joya en el Palacio, Mi Adorable Kim Sam soon, el éxito internacional, Boys Over Flowers, y otros 10 títulos más.

La industria llegó a Televisa que, en lugar de transmitir, decidió adquirir los derechos de los dramas coreanos y tropicalizarlos. Un ejemplo fue la adaptación de Mi marido tiene familia, que tuvo una audiencia en promedio de 3.3 millones de espectadores, de acuerdo a Nielsen Ibope México. Para este reportaje, Expansión solicitó a la televisora una entrevista, que no pudo ser concretada.

En 2015, México ocupó el segundo lugar en consumo de K-dramas en Latinoamérica, de acuerdo a Viki.com. Y aunque, Netflix no revela sus datos, títulos como Vincenzo, Crash Landing on You, Love Alarm y Itaewon Class se han colocado en el top 10 de lo más visto durante las fechas de emisión.

El negocio va más allá, Studio Dragon afirma que vendió los derechos de emisión a compañías de transmisión y plataformas OTT como Apple Tv, Viki.com y iQiyi Originals. Solo con Netflix, con quien ha acordado la distribución para elevar el valor de los contenidos, tiene un alcance de 190 países. También expandió sus negocios de licencias basados en la propiedad intelectual del contenido (IP), cuenta con cinco títulos en el Top 10 a nivel mundial de Netflix, con un valor del rating del 7%; trabaja con más de 231 creadores y cuenta con 157 IP internacionales. Para tener mayor presencia en el mercado americano, firmó alianzas con operadores como Skydance Media, que prepara ya una co-producción. Como resultado, en 2020 la empresa tuvo un crecimiento de ingresos internacionales del 41% lo que equivale al 43% de su total.

En el caso de CJ ENM, este año apostó por lanzar un canal de YouTube, CEREAL, en donde promociona sus propios dramas con subtítulos en inglés. Sin embargo el gran paso en el mercado latinoamericano fue crear una alianza con HBO Max para desarrollar una nueva serie de competencia de K-pop en América Latina, que aún está en proceso de casting.

Pero, ¿qué sigue para este conglomerado? “Nos convertiremos en un entrenamiento integral que refleje los gustos de las audiencias globales y los socios comerciales en tiempo real y satisfaga sus necesidades diversificando la forma de producción de los contenidos. También planeamos aumentar considerablemente las inversiones en contenidos, así como establecer una infraestructura y un sistema de producción en masa de IP bien hechos”, asegura Sebastian Kim. La compañía se comprometió recientemente a invertir más de 4,500 millones de dólares en la creación de contenido durante los próximos cinco años.

EL MEXICANO QUE BRILLA EN TV COREANA

Cuarta parada, Hapjeong. Christian Burgos, de 28 años, es un mexicano que brilla en la televisión coreana. Como toda celebridad, cubre su rostro con un gorro y ahora la mascarilla, que es obligatoria, le ayuda a pasar desapercibido por las calles de Hapjeong, nuestro punto de reunión.

A la hora de la comida nos encontramos con una grabación en las calles surcoreanas, algo ya común en la capital. A unos minutos de esta zona se encuentra su lugar de trabajo: la zona de las televisoras. Aquí donde reinan las emisoras y productoras más importantes del país: SBS, KBS, TvN, CJ ENM y JTBC, ésta última el lugar donde Burgos debutó en el programa Abnormal Summit en 2015. Su momento K-Drama llegó como actor en Mon Chou Chou Global House en 2019 y desde aquella vez el trabajo para él no para.

Su historia con la televisión fue un golpe de suerte. Aunque su trabajo y sus estudios siempre fueron enfocados al área audiovisual, fue más su pasión por el idioma coreano y sus ganas de aprender más sobre la cultura las que lo llevaron a ser el único mexicano por ahora que brilla en televisión del país asiático. “Fue una experiencia única. Como nunca había tenido la oportunidad de participar en un proyecto de actuación, tenía más nervios de lo normal al estar parado frente a la cámara”, cuenta.

Burgos, que lleva cinco años en la industria televisiva, explica que los proyectos coreanos no tienen miedo a arriesgarse y no escatiman en gastos.

El acabado final (de los K-dramas) es tan bueno como el de una película de alto presupuesto de Hollywood”

“Si su contenido para televisión es de tan alta calidad, no me sorprende que plataformas de streaming tengan tanto apogeo en Corea del Sur como en otros países”, agrega.

Este año, Netflix invirtió 500 millones de dólares para la creación de K-dramas y K-movies. Desde su llegada a Corea en 2015, el número de producciones se duplicó, siguiendo la fórmula del éxito coreano. “Un drama coreano es exitoso porque cuenta con una narrativa rica y bien estructurada, seguido de una producción de calidad y finalmente, las habilidades de actuación de los actores y su carácter atractivo”, asegura Lee Ki-hyuk, de Studio Dragon.

Gracias a los K-dramas y al cine coreano, en 2019, las exportaciones de contenido cultural coreano subieron hasta 10,360 millones de dólares, un aumento del 8.1% con respecto a 2018, esto marcó un parteaguas para corea un registro único en la exportación del K-content, según datos del Ministerio de cultura deporte y turismo de Corea del Sur.

Última parada. Al caer la noche, la ciudad sigue con vida. Esta última parada la conforma la muralla de la ciudad, que al ir subiendo poco a poco llega a la cima de Namsan Tower, aquí donde el verde, el púrpura y el rojo se mezclan para dar vida a una locación más. A su alrededor, los candados de amor al estilo parisino, siguen vigentes en Seúl.

Este lugar es icónico e imprescindible en cualquier drama coreano, digno de cualquier declaración de amor. Aquí se escribieron historias de éxitos como Boys Over Flowers, My love from another star, Itaewon class y hasta el exitoso film A todos los chicos de los que me enamoré para siempre.

De día o de noche, Namsam Tower siempre está lista para ser grabada en un episodio más del siguiente éxito televisivo.

Con información de: Expasión

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