Jefas de familia ya han resentido la inflación con un aumento en el costo no sólo de los productos de la canasta básica, sino también de algunos servicios.
Beatriz señaló que todos los productos de la canasta básica han subido de precio, “por ejemplo el jitomate está a 40 pesos, el kilo de chile a 60 pesos, el huevo aunque se mantiene, no baja de los 35 pesos, el chile poblano, la papa y el limón también andan por las nubes”.
Mencionó que para tratar de contrarrestar estos incrementos, ahora sólo compra lo más indispensable, “ya no se puede uno dar gustos, compras lo básico que es frijol, arroz, huevo y jitomate; la carne ya nada más es dos veces por semana y también el pollo porque ha aumentado de precio”.
En su caso, Josefina señaló que también ha resentido la inflación en el aumento de precio de productos de la canasta básica y de servicios como la luz y el gas, que son indispensables para el hogar.
Mencionó que ha observado alza en el precio tanto de la carne como de las verduras, e incluso en el de las frutas de temporada, esto la ha llevado a disminuir el consumo de diversos productos para tratar de contrarrestar el alza, y sustituirlos por algunos de precios más bajos.
Para tratar de hacer “rendir” el dinero, hace un menú semanal y evita productos chatarra, que son más costosos y menos nutritivos para la familia.
Por su parte, la señora Patricia indicó que sí ha resentido la inflación, pues antes gastaba un promedio de 500 pesos al surtir su despensa y ahora gasta al menos 700 pesos; donde ha observado mayor incremento de precios es en la carne y el pollo.
Manifestó que para tratar de contrarrestar este incremento, ha dejado de adquirir productos que no son indispensables, por ejemplo para preparar un postre.
Señaló que en lo que va de la pandemia su familia no ha acudido a restaurantes pero sí realizaban compras de alimentos a domicilio, y ahora prefiere adquirir los ingredientes y prepararlos en casa para economizar.
Con información de El Sol de San Luis