La crisis del agua
La crisis de agua podría ser una batalla en la que ninguno de los dos gobernantes de la plaza de armas pudiera estar dispuesto a ceder.
La noche de este jueves, de la oficina del gobernador salió un boletín de prensa en el que se daba cuenta de una reunión en la que los directivos de la empresa que administra la presa El Realito llegaron a pedir “paciencia”.
De informativo tenía poco el comunicado, salvo que la imaginación diera para recrear la escena en la que unos pedían paciencia y otros “exigían” resultados. No se anunciaron medidas, plazos, sanciones, multas, ni nada que a los ciudadanos de fondo pudieran beneficiar. Se asoma una crítica al desempeño de la empresa porque en siete años y más de cinco mil millones de pesos apenas andan preocupados en concluir un estudio del proyecto, en fin, el saldo de dicha reunión fue sólo un tibio anuncio del gobierno del estado de que pronto habrá una “reunión urgente con los inversionistas”.
Seguramente alguna decisión o maniobra se está cocinando en el palacio de Gobierno entorno a la administración de El Realito, ya se están asomando varias señales, quizá estás no tarden tanto como los anunciados cambios en el gabinete estatal.
Lo cierto es que incluso las pipas que “regalan” el vital líquido a cargo de la Comisión Estatal de Agua, resultan insuficientes ante la escasez en las colonias del sur y oriente y que significan miles de familias padeciendo cada día.
Ni enroques ni despidos
Más de uno seguirá sentado en primera fila, esperando los anunciados cambios en el gabinete estatal. Lo cierto es que ya transcurrió otra semana y sigue como serie de Netflix, sin un desenlace. Mientras tanto, como condenados a muerte cuya ejecución se aplaza en el último minuto, los titulares de Educación, Cultura y Turismo siguen a la espera de que haya humo blanco y se nombre a su sucesor. Ojalá la indefinición no signifique parálisis administrativa ni de gestión, porque ya saben que se van y con esa sentencia, ni ganas les han de dar de pisar sus oficinas.
El marketing y la seguridad
Esta semana San Luis Potosí fue nota nacional, pero no por un logro económico, político o social. Tristemente ocupó la entidad los espacios mediáticos por una estrategia de mercadotecnia que provocó asombro que rozó en pitorreo.
El centenar de nuevas patrullas equipadas y con tecnología que ya hacían falta, fueron opacadas por el letrero rotulado en el que se lee “polisia”, así, con “S”; que a muy pocos gustó, pero es tan grave el tema de la inseguridad, que muchos ciudadanos prefirieron pasar por alto el agravio ortográfico y esperar buenos resultados de la anunciada estrategia de seguridad del gobierno municipal.
Y como no esperar pronto resultados si Enrique Galindo presumió entre sus blasones su trayectoria en las áreas de seguridad. Quizá aprovechó su reposo/aislamiento de Covid-19, para terminar de preparar el lanzamiento de su estrategia.
El nombramiento de su fiel escudero en otras andanzas policiacas, Juan Antonio de Jesús Villa Gutiérrez al frente de la recién creada Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, se reforzó con la presentación del Plan Sistémico de Seguridad Ciudadana, el anuncio de protocolos, bonos policiacos y el modelo Policía Orientada a la solución de Problemas (POP) conforme al Modelo Nacional de Policía y Justicia Cívica.
También el gobernador Gallardo sigue aprovechando el bono electoral y sigue anunciando proyectos, estrategias y planes, apenas la semana pasada anunció la Guardia Civil estatal y no pierde oportunidad de llevar las Mesas de Paz a los municipios golpeados por la inseguridad.
Todo suena profesional y de vanguardia en el papel y la mercadotecnia, así que a esperar resultados y rendición de cuentas en el corto plazo, porque diría un viejo amigo… “para eso se alquilaron” ambos gobernantes o mejor dicho, para eso los eligieron los votantes.
Por Lidia Juache