La instalación de ayer del Consejo Consultivo Potosí no fue una simple pasarela de reconocidos empresarios potosinos ni la ocasión para compartir la pipa de la paz, porque hace ya varios meses que los agravios provocados al calor de las campañas se desvanecieron.
La instalación de ayer podría iniciar un ambiente optimista por el futuro cercano, para mejorar el entorno laboral y económico de miles de potosinos o al menos, ese habría sido el compromiso estratégico que asumieron públicamente quienes asistieron al palacio de gobierno.
Y no es que tengamos puestas todas nuestras esperanzas en manos de un notable grupo de 15 empresarios, sino que se escucharon elementos en los discursos que hacen despertar cierta confianza en lo que podría ocurrir, o al menos… debería.
La mira esta puesta en la movilidad, la inversión y en la promesa de que ese órgano colegiado responda “a las necesidades y desafíos del estado” que no son pocos.
Tan solo como muestra se puede referir la tasa de informalidad laboral que de acuerdo a cifras del 2021 es del 58.3 por ciento, es decir, las personas ocupadas que son laboralmente vulnerables por la naturaleza de la unidad económica para la que trabajan.
Los datos acerca de la informalidad laboral son fundamentales para evaluar la calidad de ocupación de una economía y que en San Luis sea casi del 60 por ciento, confirma la urgencia de no caer en las tentaciones del populismo con soluciones de corto plazo y -en su lugar- trabajar a favor de soluciones integrales y de fondo para fomentar mas empleos y mejor pagados.
Seguiremos optimistas ante las expectativas del Consejo Consultivo Empresarial ayer instalado, seguro que significa no apostar todo a la maquila, no seguir promoviendo a la entidad como generadora de mano de obra barata y relativamente bien calificada.
Durante décadas, se ha escuchado las buenas intenciones (o demagógicas promesas) de empresarios y gobernantes con base en la ubicación geográfica de la capital, su cercanía con los puertos de salida de mercancías, su ruta directa a la frontera con Estados Unidos, pero en muchas ocasiones esas ofertas de prometedores e innovadores parques industriales (por ejemplo), derivaron en jugosos negocios personales sin mayor beneficio o impacto para el grueso de la población.
Hoy las sociedades avanzadas ya van, al menos, en la quíntuple hélice. Ojalá en San Luis nos alcance el tiempo y la voluntad política para llegar lo más pronto posible a ese esquema de innovación con base en los cinco subsistemas que intercambian conocimiento con el fin de generar y promover un desarrollo sostenible para la sociedad y se encuentren resultados con el trabajo conjunto del sistema económico, educativo, público, político y el entorno natural.
Por Lidia Juache