El informe de Baker Hughes, que descartó un conflicto de interés por el tema de la casa en Houston y los contratos con Pemex, es un trabajo serio y, para los que dudan de sus conclusiones, en caso de que hubiera falsedades, esto tiene severas consecuencias para los trabajadores de la empresa y para la compañía en Estados Unidos, señaló Bob Pérez, vicepresidente de Baker Hughes para México y América del Sur, en entrevista para El Economista.
“Somos una empresa que cotiza en Bolsa y que además debe cumplir con las leyes anticorrupción de Estados Unidos que regulan las operaciones de empresas estadounidenses en el extranjero. En caso de incumplir con esas leyes puede haber fuertes sanciones económicas y cárcel para los responsables”, explicó el directivo en entrevista con Luis Miguel González y Diego Badillo.
La investigación estuvo a cargo de un tercero y contó con el apoyo de al menos seis abogados de Baker Hughes que se encargaron de integrar la información y verificar que fuera correcta. Se revisó toda la información que contenía la computadora de Keith Schilling y otras fuentes relacionadas con la renta de la propiedad a Carolyn Adams, esposa de José Ramón López Beltrán.
“El despacho externo que hizo el trabajo es McConnell Group. No encontró nada ilegal. Pueden decir que lo importante es que fue contratada por nosotros, pero yo quiero subrayar que las leyes estadounidenses establecen sanciones también para ellos, en caso de que no hicieran bien su trabajo. Además tiene una reputación que cuidar, ¿por qué arriesgar tanto por hacer un trabajo a modo”, se pregunta Pérez.
Una de las legislaciones anticorrupción que deben cumplir las empresas estadounidenses con operaciones fuera de su país es la Ley de Practicas Corruptas en el Extranjero, que establece sanciones fuertes de acreditarse la violación de sus disposiciones.
La investigación periodística vincula la renta de la casa en Houston, por parte de un ejecutivo de Baker Hughes con un incremento en la facturación de esta empresa en México.
Bob Pérez ofreció a El Economista su versión de los hechos: Él llegó a México en 2019, donde antes había trabajado en empresas del sector energético. Baker Hughes pasó de facturar 2,900 millones de pesos en 2018 a 8,859 millones de pesos en 2021. En México, esta empresa emplea a 1,200 personas de manera directa y alrededor de “el incremento es importante, pero esto tiene que ver con que el volumen de negocio creció para todos los proveedores de Pemex”.
“No es correcto decir que tuvimos un trato diferente al de otras empresas que venden servicios a Pemex. Esto se puede verificar porque los datos son públicos y están a disposición de quien los quiera consultar”, afirmó Pérez.
Con información de Aristegui Noticias