Se encontraba el Real Madrid ante la necesidad de ser protagonista de un buen partido si quería dar la vuelta a la eliminatoria. Pese a que el Paris Saint Germain tan solo había logrado imponerse en la ida por un tanto de diferencia (1-0), la diferencia entre ambos clubes en el Parque de los Príncipes había sido más que notable. Sin embargo, el cuadro de Chamartín ha ido mejorando sus prestaciones después de hincar la rodilla en la capital francesa y con el paso de los días ha ido creciendo el optimismo.
El equipo estaba conjurado para la victoria y la afición también había aportado su granito de arena poblando los aledaños del Santiago Bernabéu desde horas antes del comienzo del choque. Suprimido el valor doble de los tantos fuera de casa, cualquier victoria por un gol valía a los locales para llevar el partido a la prórroga.
El objetivo era remontar el tanto de Kylian Mbappé en el último minuto del partido de hoy. Precisamente ese Kylian Mbappé que fue estruendosamente ovacionado por buena parte del Santiago Bernabéu cuando su nombre fue anunciado por megafonía. Keylor Navas miraba las gradas con nostalgia mientras se introducía en el banquillo del que había sido su estadio.
El Real Madrid salió a enseñar las uñas. El equipo de Carlo Ancelotti salió metido en el partido y con la clara intención de meter el miedo en el cuerpo a los parisinos. Los locales presionaban arriba y Vinicius no dudaba en encarar cada vez que el balón pasaba por sus botas. Sin embargo, con el paso de los minutos se fue evaporando la efervescencia de la escuadra merengue.
El Paris Saint Germain mostraba su personalidad y poco a poco se hacía con el partido. Kylian Mbappé se convertía nuevamente en protagonista. El gran sueño blanco era una pesadilla para esos aficionados que le habían vitoreado minutos antes. El francés marcaba en el minuto 33 pero el tanto era anulado por fuera de juego. Apenas cinco minutos más tarde la situación era bien distinta. El atacante arrancaba en velocidad y nadie era capaz de pararle. Abría el DRS en el momento justo y, cara a cara con David Alaba, daba la pausa justa y colaba el balón junto al poste diestro de Thibaut Courtois (0-1).
Este Real Madrid que en Liga no tiene rival, que se pasea por la competición doméstica con el título prácticamente en el bolsillo, necesita mejorar para luchar por todo en Europa. Quedó demostrado en París y hoy ha vuelto a quedar patente. El centro del campo carece de dinamismo, la defensa no tiene de poderío y tiene un agujero en la banda derecha. La distancia entre líneas se va haciendo mayor con el paso de los minutos y en ataque Marco Asensio no es ni la sombra de lo que se esperaba de él.
Los blancos afrontaban el choque con dos bajas muy a tener en cuenta. Ni Ferland Mendy ni Casemiro estaban en el once después de haber recibido una tarjeta amarilla en la ida, por lo que Carlo Ancelotti no podía contar con dos piezas básicas en su esquema. El italiano optaba, de este modo, por dar la alternativa en el once tanto a Nacho Fernández como a Fede Valverde. Ni con esas.
Sin embargo, cuando todo parecía perdido para los intereses del Real Madrid, apareció el alma del trece veces campeón de Europa. Gianluigi Donnarumma no lograba controlar un balón ante la presión de Karim Benzema y el balón acababa en los pies de Vinicius. El brasileño servía en bandeja para que el propio Benzema colocara e hiciera el 1-1 y cambiara radicalmente el partido. Los locales, que parecían muertos, parecían levantarse de la tumba y amenazaban a un PSG que no sabía cómo reaccionar. Lo que parecía decidido había cambiado radicalmente con 25 minutos por delante.
Vinicius tenía una ocasión clara tras un rechace dentro del área pero el balón se iba por encima del larguero. Por primera vez en toda la eliminatoria el equipo era superior a los galos y solo quedaba poder plasmarlo. Y es precisamente ahí donde emergió Karim Benzema. Lo hizo para dar la vuelta a todo en menos de dos minutos. Fue lo que tardó el capitán merengue en sumar dos goles que daban la vuelta a la eliminatoria y suponían un auténtico golpe en el mentón de los franceses.
Lo hizo concretando dos contrataques para hacer el 3-1. La estrella del Real Madrid había concretado un hattrick en 17 minutos. Nunca hay que dar por muerto a un león herido. Sobre todo si es el mejor equipo en la historia y está disputando su competición. Porque hablar de la Liga de Campeones es hacerlo del Real Madrid. Quedaban doce minutos por delante, pero el Paris Saint Germain estaba muerto. Los franceses fueron incapaces de generar más peligro ante un Real Madrid que pudo, incluso, ampliar la ventaja en el marcador y estará en cuartos de final.
Con información de Fichajes Futbol