El Pleno del Congreso del Estado aprobó en sesión ordinaria un Punto de Acuerdo que propuso la diputada Martha Patricia Aradillas Aradillas, para exhortar a la Procuraduría Federal del Consumidor que vigile, investigue y sancione a los establecimientos que cobren comisión a usuarios que utilicen como método de pago tarjetas de débito o crédito.
También a la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF), para que salvaguarde y defienda intereses y derechos de usuarios ante institución financiera que les esté causando afectación al momento de realizar pagos.
Debido a la presencia de la pandemia por COVID-19, se ha registrado un incremento en el uso de tarjetas de crédito o débito para las compras de bienes y servicios, siendo que en diversos establecimientos de la ciudad, cobran a sus clientes una comisión que va desde 3.0 hasta el 5.0 por ciento del valor de la compra por pagarles con tarjeta de crédito o débito.
Estos cobros inhiben y obstaculizan a la inclusión financiera enviando mensajes negativos a la población respecto al uso de las tarjetas, ya que de acuerdo a lo que señala el Banco de México, se indica que actualmente no hay ninguna ley o norma que prohíba que los comercios transfieran esta comisión a sus clientes.
No obstante, los contratos que éstos firman sí establecen que la comisión no puede ser transferida al tarjetahabiente, y con el fin de promover el uso de medios de pago más eficientes, el Banco de México revisa periódicamente el mecanismo de determinación y nivel de las Cuotas de Intercambio, solicitando a los bancos que hagan públicas las Tasas de Descuento en sus sitios de internet
La diputada Aradillas Aradillas establece en su exposición de motivos, que si bien al establecimiento le cuesta una comisión recibir el pago con tarjeta de crédito o débito por el uso de la terminal, también recibe beneficios tales como aumentar su potencial de ventas, ya que hoy en día se ha logrado un incremento en la población que utiliza las tarjetas de crédito y débito para adquirir bienes y servicios de uso cotidiano.
También disminuye sus costos, puesto que el traslado del efectivo implica la contratación de una empresa que lo lleve a cabo o bien, el riesgo que implica ir al banco a depositar las ventas del día; y a través del pago con tarjetas de crédito o débito el nivel de seguridad aumenta en el establecimiento porque se maneja menos efectivo.