El escenario estaba dispuesto ayer en el salón mandarina del Museo del Laberinto para el lucimiento absoluto de la millonaria inversión para la infraestructura vial que le urge a la capital potosina y su zona metropolitana, sin embargo, tanto el gobernador Ricardo Gallardo como el secretario general de gobierno José Guadalupe Torres, hicieron un ejercicio de autocritica y reconocieron que “no se puede tapar el sol con un dedo” y reconocieron que es la inseguridad otro de los grandes problemas de la entidad.
La violencia prevalece en todo el país, pero en San Luis Potosí la ola de inseguridad que se agudizó de esta semana, volvió al estado parte de la noticia nacional. Y es que los hechos de Aquismón, Guadalcázar, Rioverde, La Pila y Villa de Pozos -sólo por citar algunos- no pudieron soslayarse en el evento de presentación del Plan Integral de Movilidad.
En su discurso, el gobernador Gallardo reconoció que es tarea de todos el combate a la inseguridad, porque se padecen las consecuencias del abandono de los jóvenes y la prevención del delito y se vive una disputa entre grupos por surtir droga a cerca de 40 mil jóvenes de los cuales -señaló- el 70 por ciento corresponde a la clase media alta
Seguramente las alertas de los gobernadores en el país y de los presidentes municipales están prendidas desde hace tiempo y mas ahora que Estados Unidos incluyó anoche en su alerta de viajes para sus ciudadanos, a 30 de los 32 estados de la república mexicana, solo se salvaron de la etiqueta de violentos, Campeche y Yucatán.
Apuesta por la infraestructura
Sin duda uno de los problemas que padecen miles de potosinos tiene que ver con la movilidad y el gobierno estatal reiteró que su apuesta será por la infraestructura. La clase empresarial se dio cita ayer, estaban algunos nuevos empresarios, otros de tradición empresarial pero ya en relevo generacional y los de siempre, los que desde hace varias décadas han estado cercanos al poder.
Se vieron caras conocidas como Fernando López Palau, ex secretario de Desarrollo Económico, el abogado José Mario de la Garza, y en presidium, el grupo de hombres de negocios invitados desde febrero a formar el Consejo Consultivo Potosí.
Por elección o designación, el encargado de presentar el ambicioso proyecto fue el chato López, quien se nota es el consentido y es que fue el único que esperó en la antesala al gobernador, desde que descendió de su camioneta, lo escoltó hasta el lugar del evento.
No queda mas que esperar que llegue a buen puerto la meta propuesta para hacer de San Luis Potosí, la “mejor ciudad del bajío” con la millonaria inversión anunciada: 25 mil millones de pesos en todo el sexenio, de los cuales cuatro mil millones se invertirán este año, que por cierto, según admitió el propio secretario general de gobierno (en entrevista banquetera al terminar el evento) al menos el 50 por ciento será deuda que tendrán que gestionar con el Congreso del Estado, en donde seguramente no habrán de batallar para encontrar las facilidades necesarias, dado que cuentan con la mayoría legislativa que hace falta.
Inconsciencia , insensatez, imprudencia
Aunque es un tema nacional, no se puede evitar la sorpresa, decepción, asombro y hasta enojo, ante la propuesta del canciller Marcelo Ebrad de postular a México para organizar unos juegos Olímpicos.
Parece un acto de inconsciencia , insensatez, imprudencia, por decir lo menos. Evidencia que no se da cuenta de las graves condiciones del país en materia de inseguridad, violencia, el deteriorado sistema de salud pública, las graves consecuencias que la pandemia dejó en materia de rezago educativo, la necesaria infraestructura y equipamiento para resolver problemas en el campo y en las ciudades, en fin, que somos un país en donde la mitad de sus habitantes son pobres y aun así se animó a proponer unos Juegos Olímpicos con todo el gasto que ello implica y con las ya probadas experiencias fallidas de ciudades que han sido sedes en el pasado reciente, en donde heredaron una deuda en sus arcas publicas, que terminan pagando varias generaciones después… O quizá haya sido una ocurrencia, para ganar simpatías o… un distractor para voltear las miradas y la presión social de lo realmente im portante y urgente por resolver en este país.
Por Lidia Juache