El Informe Mundial sobre las Drogas 2022 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) indica que se está acelerando el consumo de cannabis en algunas partes del mundo, mientras que también se ha detectado un aumento en la producción de cocaína a nivel internacional.
El reporte cuenta con un informe detallado sobre el costo de sustancias en diversos países. Para el caso de México, se incluyen los costos de la cocaína, la marihuana y Polvo de metanfetamina, tanto a precios minoristas, como al por mayor.
El reporte de la ONU afirma que el cultivo de cannabis sigue siendo un fenómeno global y gran parte se produce en el país donde se consume. Por el contrario, el cultivo de otras drogas tiende a ser específico de una región.
En los últimos cinco años, solo tres países (Afganistán, seguido de Myanmar y México) representaron más del 95 por ciento del cultivo mundial de opio, y otros tres países (Colombia, seguida de Perú y Bolivia) representaron prácticamente todo el cultivo mundial coca.
Violencia
Históricamente, la producción y el tráfico de drogas han estado directamente relacionados con la violencia letal en Centroamérica y México, donde el narcotráfico y los enfrentamientos entre diferentes grupos del crimen organizado contribuyen a algunas de las tasas de homicidio más altas del mundo, comparables a las tasas en países afectados por conflictos, dice el reporte de la ONU.
Los datos sugieren que una gran parte de los homicidios involucran a organizaciones que han existido durante décadas y se pueden categorizar bajo dos grupos amplios: grupos del crimen organizado y pandillas callejeras.
Alrededor del 30 por ciento de los homicidios en El Salvador y Honduras están relacionados con el crimen organizado o las pandillas, mientras que el análisis sugiere que en México esta cifra oscila entre el 40 y el 70 por ciento.
La mayoría de los grupos del crimen organizado, como los cárteles mexicanos, se han centrado tradicionalmente en el narcotráfico, casi exclusivamente hasta que comenzaron a fragmentarse después de 2006, cuando comenzaron a involucrarse en otras empresas criminales.
En contraste, las pandillas callejeras de América Central no parecen estar profundamente involucradas en el tráfico internacional de drogas.
Con información de Aristegui Noticias