Estados Unidos activó el proceso de resolución de disputas con México bajo el tratado de libre comercio de América del Norte (T-MEC) debido a medidas implementadas por el gobierno de México en materia energética, que “socavan a las empresas estadounidenses y la energía producida en los Estados Unidos” a favor de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (Pemex), dice un comunicado.
Según las reglas del T-MEC, las partes iniciarán consultas dentro de los 30 días posteriores a la solicitud de Estados Unidos, a menos que las partes decidan lo contrario. Si las partes no resuelven el asunto a través de consultas dentro de los 75 días posteriores a la solicitud, los Estados Unidos pueden solicitar el establecimiento de un panel.
La representante comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, dijo que han “expresado repetidamente serias preocupaciones sobre una serie de cambios en las políticas energéticas de México y su consistencia con los compromisos de México bajo el T-MEC”.
Estos cambios de política afectan los intereses económicos de Estados Unidos en múltiples sectores y desincentivan la inversión de los proveedores de energía limpia y de las empresas que buscan comprar energía limpia y confiable. Hemos tratado de trabajar de manera constructiva con el gobierno mexicano para abordar estas preocupaciones, pero, lamentablemente, las empresas estadounidenses continúan enfrentando un trato injusto en México. Buscaremos trabajar con el gobierno mexicano a través de estas consultas para resolver estas preocupaciones para avanzar en la competitividad de América del Norte.
Según el gobierno de Estados Unidos, las acciones de México incluyen, entre otras, cambios a la ley de electricidad de México que priorizarían la distribución de energía generada por CFE sobre fuentes de energía más limpias proporcionadas por proveedores del sector privado, como la eólica y la solar. “También incluyen los retrasos, denegaciones y revocaciones por parte de México de las capacidades de las empresas estadounidenses para operar en el sector energético de México, incluso con respecto a proyectos de energía renovable”.
En comunicado, se afirma que las políticas de México han cortado en gran medida las inversiones estadounidenses y de otros países en la infraestructura de energía limpia, “incluidos pasos significativos para revertir las reformas que México realizó anteriormente para cumplir con sus objetivos climáticos en virtud del Acuerdo de París”.
Los cambios de política de México amenazan con expulsar la innovación del sector privado del mercado energético mexicano. Para alcanzar nuestros objetivos económicos y de desarrollo regional compartidos y los objetivos climáticos, las cadenas de suministro actuales y futuras necesitan energía limpia, confiable y asequible.
En concreto, Estados Unidos impugna los siguientes hechos:
-Una reforma de 2021 a la Ley de la Industria Eléctrica de México que prioriza la electricidad producida por CFE sobre la electricidad generada por todos los competidores privados.
-La inacción, demoras, denegaciones y revocaciones de México de las capacidades de las empresas privadas para operar en el sector energético de México.
-Una regulación de diciembre de 2019 que otorga solo a Pemex una prórroga para cumplir con los requisitos de contenido máximo de azufre según la norma de combustible diésel para automóviles aplicable en México.
-Y, una acción de junio de 2022 que favorece a Pemex, CFE y sus productos en el uso de la red de transporte de gas natural.
Estados Unidos dice que estas medidas “parecen ser inconsistentes con varias de las obligaciones de México bajo el T-MEC, incluso bajo los capítulos de Acceso al Mercado, Inversión y Empresas de Propiedad Estatal”.
En 2013, México emprendió varias reformas energéticas, en respuesta a las cuales las empresas estadounidenses invirtieron en el sector energético de México.
Con estas reglas, se han establecido y operado granjas de energía eólica y solar e instalaciones de cogeneración y ciclo combinado en México que contribuirían con electricidad a la red eléctrica de México; contratos de interconexión fortalecidos que traen electricidad estadounidense a México a través de la frontera a través de cables; y combustibles de origen estadounidense importados a México para la venta en estaciones de servicio.
Según el gobierno estadounidense, desde diciembre de 2018, “México ha seguido una política energética centrada en restablecer la primacía de su empresa eléctrica estatal, CFE, y la compañía de petróleo y gas, Pemex”.
México ha emprendido diversas medidas para lograr este objetivo. Por ejemplo, en marzo de 2021, México modificó su Ley de la Industria de Energía Eléctrica para que su operador de red priorice el envío a la red mexicana de electricidad generada por CFE sobre la electricidad generada por todos los competidores privados, independientemente del costo o el impacto ambiental.
México también ha tomado, o está tomando, acciones o inacciones, que están restringiendo la capacidad de las empresas privadas para participar de manera efectiva, si es que lo hacen, en el sector energético de México. Estas acciones incluyen, pero no se limitan a, retrasar, denegar o no actuar sobre las solicitudes de nuevos permisos o modificaciones de permisos; suspender o revocar los permisos existentes; o bloqueando de otro modo la capacidad de las empresas privadas para operar instalaciones de energía renovable, como instalaciones eólicas y solares, para importar y exportar electricidad y combustible, para almacenar o transferir combustible, y para construir u operar estaciones de combustible minoristas.
Además, en diciembre de 2019, el regulador de energía de México otorgó a Pemex, pero no a otras empresas, incluidas las empresas estadounidenses, una extensión de cinco años para cumplir con los requisitos de contenido máximo de azufre según su estándar de combustible en ciertas partes de México, que de otro modo requieren la venta de combustible diesel ultrabajo en azufre en todo el país. Sin la prórroga, Pemex tendría que comprar diesel de azufre ultra bajo importado de los Estados Unidos y/o mejorar sus instalaciones para producir diesel de azufre ultra bajo en cantidades suficientes.
Más recientemente, en junio de 2022, la Secretaría de Energía de México notificó a la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y al Operador del Sistema Nacional de Gas Natural (CENAGAS) un cambio en la política que requeriría, entre otras cosas, que los usuarios de la red de transporte de gas de México demuestren que obtienen gas natural de Pemex o CFE.
Estados Unidos ha planteado preocupaciones a México con respecto a sus políticas energéticas en numerosas ocasiones, incluso en relación con las reuniones de la Comisión de Libre Comercio del T-MEC en 2021 y 2022, la Reunión de Diputados de la Comisión de Libre Comercio del T-MEC en 2022 y en reuniones del Comité del T-MEC sobre empresas de propiedad estatal y monopolios designados. La embajadora Tai también consultó a los miembros del Congreso y a una amplia gama de partes interesadas para escuchar sus serias preocupaciones sobre el deterioro de la trayectoria de las políticas energéticas de México, dice el comunicado revisado por Aristegui Noticias.
Con información de: Aristegui Noticias